El presidente electo de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, no se incluirá en la lista de sanciones de la UE, sobre todo debido a la posición adoptada tanto por Alemania como por Francia e Italia, informó el viernes German Die Welt citando sus propias fuentes.
Berlín, París y Roma declararon que «a pesar de todas las circunstancias, los canales de conexión con Lukashenko deben mantenerse abiertos», porque, en su opinión, su inclusión en la lista negra conduciría a una suspensión total del diálogo con Minsk. Principalmente los estados bálticos y Polonia instaron a introducir medidas restrictivas contra el líder bielorruso.
A mediados de agosto se supo que en relación con las manifestaciones de protesta en Bielorrusia, la UE está considerando una lista de 15 a 20 funcionarios bielorrusos a los que se les prohibirá la entrada al territorio de la UE y el acceso al sistema bancario europeo. Las sanciones de la UE contra Bielorrusia por supuestas violaciones de derechos humanos estuvieron en vigor de 2004 a 2016, con el tiempo la lista negra cambió, en ocasiones incluyendo hasta 130 personas. En septiembre de 2008, la Unión Europea congeló las sanciones, pero las renovó e incluso las actualizó después de las elecciones presidenciales de 2010 en la república.
En una reunión informal en Berlín del 27 al 28 de agosto, los líderes de los Ministerios de Relaciones Exteriores de los países de la UE tomaron la decisión de completar el procedimiento de sanciones contra Bielorrusia lo antes posible.