Moscú y Minsk están intercambiando visitas y sus conversaciones bilaterales tienen un claro tono anti occidental. Los expertos predicen varios escenarios de los pasos de los dos aliados, que podrían ser tanto el mayor apoyo de Moscú a Alexander Lukashenko como su abandono, escribe Nezavisimaya Gazeta.
Al comentar sobre los posibles objetivos de la visita del primer ministro ruso Mikhail Mishustin a Minsk, los expertos no excluyen que las conversaciones podrían centrarse en redirigir los flujos comerciales de Lituania a Rusia. Los analistas locales no dudan de que Moscú ha decidido ayudar a Lukashenko debido a intereses propios.
Según el observador político Alexander Klaskovsky, Rusia supuestamente se aprovechará de situación Lukashenko y su lucha por retener el poder, para unir aún más a Bielorrusia. Ahora las autoridades bielorrusas, que están «en plena confrontación con Occidente» y buscan el respaldo del Kremlin, descartan la idea de diversificar los lazos económicos externos, señaló el experto.
A cambio de su apoyo, Moscú podría pedirle a Bielorrusia que le permita crear bases militares en Bielorrusia y podría desear comprar algunas empresas, que aún interesan a los inversores, dijo. Sin embargo, los expertos señalan que Lukashenko podría no cumplir sus promesas.
Mientras tanto, algunos expertos creen que Moscú se ha cansado de Lukashenko y está listo para crear una llamada «democracia administrada» en Bielorrusia. Ahora Rusia solo está simulando apoyo mientras estudia a los enemigos de Lukashenko y establece lazos con ellos. «La próxima reunión entre Lukashenko y Putin en Moscú en dos semanas (si se lleva a cabo) no se dedicará a firmar» hojas de ruta «para profundizar la integración, sino a obligar a Lukashenko a realizar reformas constitucionales y su salida de la política bielorrusa a cambio de garantías personales», dijo Yuri Tsarik, quien dirige el departamento de investigación ruso y postsoviético en el Centro de Estudios Estratégicos y de Política Exterior. El experto dice que supuestamente Rusia no va a firmar ningún documento serio con Lukashenko y no se opondrá a la sociedad bielorrusa apoyándolo.