Rusia está siguiendo de cerca los acontecimientos en Bielorrusia, presa de las protestas postelectorales, pero al hacerlo ha mostrado mucha más prudencia que Occidente, dijo el presidente Vladimir Putin, respondiendo a las afirmaciones de la intromisión de Moscú.
«Creemos que esto es, ante todo, un asunto interno de la sociedad bielorrusa y el pueblo de Bielorrusia», dijo Putin al canal ‘Rossiya 1’ en una entrevista emitida el sábado, hablando de las protestas masivas en Bielorrusia que han retumbado durante semanas. Después de una aplastante victoria del titular Alexander Lukashenko en las elecciones presidenciales del 9 de agosto, la oposición generó acusaciones de fraude electoral.
Después de que estallaron las protestas, algunos líderes europeos pidieron a Moscú que no interfiriera en Bielorrusia en medio de las especulaciones de los medios de que Rusia enviaría o ya ha enviado militares al país. Tanto Minsk como el Kremlin han desmentido las afirmaciones.
Por otro lado, la UE, que, a diferencia de Moscú, se negó a reconocer las elecciones, acordó esta semana imponer sanciones a unos 20 funcionarios bielorrusos que considera responsables de la represión postelectoral. Polonia y la República Checa dieron un paso más y pidieron que se celebraran nuevas elecciones.
Asimismo, Estados Unidos ya ha manifestado su apoyo ante la oposición bielorrusa, Svetlana Tikhanovskaya. El lunes, el ex candidato presidencial exiliado se reunió con el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Stephen Biegun, para discutir el “fortalecimiento de la democracia y los derechos humanos en el país” en Vilnius, Lituania.
«Estamos actuando de una manera mucho más moderada e imparcial que muchas otras naciones de Europa y América, incluido Estados Unidos, en lo que respecta a los eventos en Bielorrusia», dijo Putin, y agregó que Rusia aún vigila de cerca a Bielorrusia, ya que es «probablemente, el país más cercano a Rusia étnica, cultural y espiritualmente».
Rusia y Bielorrusia han sido parte del grupo llamado Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una colección de seis países exsoviéticos que se comprometieron a proporcionar «la asistencia necesaria, incluida la militar» entre sí «en caso de un acto de agresión. » Putin aclaró, sin embargo, que Lukashenko le pidió que tuviera un grupo de agentes de la ley en alerta en lugar de militares si la situación se intensificaba en violencia desenfrenada.
El grupo se ha formado, confirmó el líder ruso, diciendo que Moscú espera que la crisis se resuelva «pacíficamente» y que todos los que violaron la ley, sean policías o manifestantes, sean llevados ante la justicia.
Acordamos que el grupo no se desplegaría a menos que la situación en Bielorrusia se salga completamente de control
Al describir las circunstancias que pueden requerir la ayuda de Rusia, Putin dijo que Moscú no se involucraría en Bielorrusia a menos que «elementos extremistas que actúen bajo la cobertura de lemas políticos crucen ciertas líneas rojas y se involucren en el bandidaje, comiencen a quemar casas y bancos, intenten asaltar edificios gubernamentales». . «