Lukashenko pide ayuda a Putin si las protestas se salen de control-Análisis

A petición del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, Rusia ha formado una unidad policial de respaldo que, según el presidente ruso Vladimir Putin, no se utilizaría «a menos que los elementos extremistas que se esconden detrás de los lemas políticos crucen ciertas líneas», es decir, a menos que comiencen a «incendiar casas, bancos, intentar apoderarse de edificios administrativos». Polonia condenó las declaraciones de Putin de inmediato, acusando a Moscú de planear una «intervención militar bajo la falsa premisa de restaurar el control». En general, Europa permanece indecisa, no preparada para dar pasos radicales. La sesión de los ministros de Relaciones Exteriores de la UE ha demostrado que incluso la introducción de sanciones contra los funcionarios bielorrusos sigue siendo un tema indeciso.

Por su parte, la ex candidata presidencial bielorrusa Svetlana Tikhanovskaya, que se considera la “ganadora” de las elecciones presidenciales, y el llamado “Consejo de Coordinación” creado por la oposición bielorrusa, se tomó un tiempo para comentar la declaración de Putin. Al final del día, la oposición publicó un comunicado, en el que criticaba más a Lukashenko que al líder ruso.

«La declaración de la parte rusa nos muestra que Lukashenko es débil, que teme a su propia gente y no está dispuesto a escucharlos, que tiene que dirigirse a otro estado para pedir ayuda«, informó a Kommersant la miembro de la dirección del Consejo de Coordinación Maria Kolesnikova.

Sin embargo, señaló que no habrá un aumento en los lemas anti-rusos durante las protestas: «La nación bielorrusa tiene mucho respeto por el pueblo ruso. Es Lukashenko quien está tratando de abrir una brecha y causar una pelea entre las naciones. Sin embargo, no lo logrará», agregó. «La resolución de nuestros propios problemas encabeza la agenda. Por otro lado, no hay bielorrusos que quieran abandonar su amistad con Rusia».

El analista político bielorruso Artyom Shraibman dijo a Kommersant que la oposición bielorrusa no haría ningún lema anti-ruso. «Con su declaración, el Consejo de Coordinación contrarresta los intentos de Lukashenko de etiquetarlo como anti-rusos y pro-occidentales. Esta es una lucha por el control de la agenda. Lukashenko quiere que la agenda sea extranjera, mientras que la oposición quiere que siga siendo interna», señaló el experto.

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