El ejército ruso se ha librado casi por completo del mal de décadas de intimidación y «vandalismo de barracas», anunció el viceministro de Defensa, Andrei Kartapolov, y agregó que esto motivará a más jóvenes a servir.
En palabras de Kartapolov, las autoridades militares han «prestado especial atención al restablecimiento del orden en las Fuerzas Armadas». Las «medidas preventivas» tomadas en los últimos años han llevado a una «notable disminución» de las novatadas en los cuarteles, dijo.
Como resultado, los reclutas rusos están cada vez más motivados para servir en las Fuerzas Armadas, agregó el ministerio. En septiembre pasado, el supremo del Ejército Sergey Shoigu también declaró que no había más acoso entre las tropas. Sin embargo, admitió que ha sobrevivido el “vandalismo común”.
Y las estadísticas oficiales, al menos, están totalmente en línea con estas declaraciones. Según datos de la Corte Suprema de Rusia obtenidos por el periódico RBK, en la última década, los casos de acoso en las Fuerzas Armadas, que ahora cuentan con 1,9 millones de efectivos, se han quintuplicado.
La organización no comercial Recruits Assistance Service también está de acuerdo y dice que las novatadas disminuyeron drásticamente después de que la duración del servicio militar se redujo de dos años a uno, en 2008.
Aún así, el número de incidentes sigue siendo alto, asumiendo que no todos los casos de acoso escolar se denuncian realmente.
El caso más reciente que estuvo bajo el foco de medita ocurrió en octubre de 2019. El soldado Ramil Shamsutdinov disparó contra cuatro reclutas, dos militares contratados y dos oficiales en la región del Lejano Oriente de Chita. Dos soldados más resultaron heridos en el tiroteo.
El soldado dijo en la audiencia del tribunal de la guarnición en marzo de 2020 que había matado a ocho hombres después de que amenazaron con violarlo. El tribunal determinó que, además de Shamsutdinov, otros cinco reclutas fueron acosados repetidamente en esa unidad.
Sorprendentemente, al abusador sobreviviente solo se le dio un período suspendido de dos años. También en 2019, un tribunal de guarnición en Ekaterinburg condenó a tres años a un soldado que había inscrito una palabra ofensiva en la frente de su compañero soldado con una navaja. Posteriormente la víctima se suicidó.