Varias personas resultaron heridas a balazos durante los disturbios, que continuaron por tercer día en la ciudad estadounidense de Kenosha, Wisconsin. El periódico local Kenosha News informó esto el miércoles, citando a la policía.
«Muchas personas resultaron heridas como resultado del tiroteo», cita el periódico las palabras de un oficial de la ley. Sin embargo, según The New York Times, una persona murió como resultado del tiroteo. La policía, especifica Kenosha News, no brindó información sobre las circunstancias del incidente.
Un testigo del tiroteo dijo a Kenosha News que algunos de los manifestantes, que rompieron las ventanas de los automóviles y portaban armas de fuego, se metieron en una escaramuza con los propietarios de estos vehículos, exigiendo el fin de los ataques.
Los disturbios se reanudaron en Kenosha el miércoles por la noche, a pesar de la imposición de un toque de queda. Los manifestantes ignoraron las llamadas de los agentes del orden para que se dispersaran y trataron de derribar la cerca que rodeaba el edificio del tribunal de distrito de la ciudad. Los agentes de policía que llevaban cascos y chalecos antibalas dispararon gases lacrimógenos. Anteriormente, el gobernador de Wisconsin, Tony Evers, se vio obligado a introducir el estado de emergencia, para proteger la infraestructura y las instalaciones culturales, ordenó duplicar, a 250 personas, el número de empleados de la Guardia Nacional en la ciudad.
Los disturbios comenzaron en Kenosha después de que la policía disparara varias veces en la espalda del afro estadounidense Jacob Blake el 23 de agosto. Los alborotadores derribaron las puertas del juzgado local, prendieron fuego a varios autos y dañaron el sistema de alumbrado público de la ciudad. Se enviaron unidades de la Guardia Nacional de Wisconsin a la ciudad y la policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
En mayo, el asesinato del afro estadounidense George Floyd por la policía en Minneapolis, Minnesota, desató protestas masivas en todo el país bajo el lema «Black Lives Matters». Durante las protestas, la Guardia Nacional de EE.UU. se unió a las agencias locales de aplicación de la ley para restaurar el orden. Alrededor de 40 ciudades, incluidas Washington y Nueva York, tenían toques de queda.