Otra noche de disturbios y vandalismo sacudió Kenosha, Wisconsin, con manifestantes que incendiaron tiendas y automóviles y se enfrentaron con la Guardia Nacional y la policía, que usaron armas de control de multitudes contra manifestantes violentos.
Ni el despliegue de la Guardia Nacional ni el toque de queda que entró en vigor a las 8 pm del lunes por la noche disuadieron a los manifestantes, algunos de ellos con armas, de tomar las calles de Kenosha por segunda noche consecutiva.
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Los disturbios fueron provocados por el tiroteo de la policía contra Jacob Blake, un hombre negro de 29 años, el domingo. Blake recibió siete disparos por la espalda y ahora está siendo tratado en el hospital por sus heridas. El enfrentamiento entre Blake y los oficiales, que se dice fue por un incidente de violencia doméstica, fue captado con la cámara de un teléfono celular, y las imágenes desencadenaron protestas masivas en la ciudad que rápidamente se convirtieron en disturbios, saqueos y vandalismo.
El lunes por la noche, los manifestantes marcharon hacia el palacio de justicia, protegidos por filas de oficiales vestidos con equipo antidisturbios completo. No pasó mucho tiempo antes de que comenzaran a arrojar objetos a la policía, que se movió para despejar a la multitud con municiones de control, incluidas balas de goma y gases lacrimógenos, lo que obligó a los reunidos a dispersarse.