Estados Unidos no tiene que hacer negocios con China y si Pekín no se comporta correctamente Washington podría desvincular la economía estadounidense de China, advirtió el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Esta declaración se produjo en un momento en que Washington y Pekín estaban dispuestos a mantener conversaciones sobre la implementación de su acuerdo comercial previamente concertado. Los expertos dicen que Trump está mintiendo porque si Estados Unidos dejara de comprar productos agrícolas de China, asestaría un golpe a los partidarios de Trump, escribe Nezavisimaya Gazeta.
Mientras tanto, Beijing busca aprovechar las próximas conversaciones para prevenir o al menos suspender una confrontación a gran escala entre las dos economías más grandes del mundo.
El subdirector del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales de la Academia de Ciencias de Rusia, Alexander Lomanov, señaló que «China declaró una nueva política económica en mayo». Xi Jinping dijo que la circulación económica nacional era lo fundamental y que la circulación económica internacional fue el adicional», explicó. Según el experto, «la paradoja es que las amenazas de Estados Unidos han hecho que Pekín adopte una política destinada a proteger la independencia de China de las presiones estadounidenses. Cuando se acerquen las elecciones, Trump deberá mostrar algunos logros económicos. De hecho, China ha estado comprando muchos productos agrícolas estadounidenses y el dinero ha estado fluyendo hacia las regiones agrícolas estadounidenses. Además, los agricultores son votantes de Trump. Los contratos para los suministros de otoño se están haciendo en este momento y, aunque Trump está haciendo declaraciones duras, está muy interesado en que esos contratos se implementen», enfatizó el analista.
A largo plazo, China gasta enormes cantidades de dinero para garantizar su seguridad en caso de que pierda el acceso a tecnologías estadounidenses de las que no puede prescindir. Los estadounidenses esperan que las amenazas de desvinculación hagan que los chinos se comporten como Washington quiere que lo hagan. Pero en la vida real, China está redoblando sus esfuerzos para crear una base científica e industrial nacional basada en tecnologías similares a las estadounidenses, concluyó Lomanov.