Las tensiones entre Venezuela y Colombia han persistido durante años, ya que Caracas culpa a Bogotá de apoyar a las fuerzas políticas que buscan derrocar al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
El presidente colombiano, Iván Duque, ha afirmado que el gobierno venezolano está considerando comprar misiles de Irán.
“Hay información de agencias de inteligencia internacionales que trabajan con nosotros que muestran que hay un interés de la dictadura de Nicolás Maduro por adquirir algunos misiles de mediano y largo alcance a través de Irán”, argumentó Duque este jueves.
Afirmó que los misiles «aún no han llegado» a Venezuela pero que «ha habido contacto especialmente por instrucciones del [ministro de Defensa venezolano Vladimir] Padrino».
El canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, rechazó las acusaciones y tuiteó que Duque está «volviendo a las infamias y la ficción anti-venezolana para distraer a la opinión pública» de lo que describió como «masacres en curso, violencia desatada y narcotráfico incontrolable» en Colombia.
Las afirmaciones del presidente colombiano siguieron a cinco petroleros iraníes a fines de mayo que entregaron más de un millón de barriles de petróleo a Venezuela, afectados por una grave escasez de combustible causada por las sanciones estadounidenses.
En un acontecimiento separado ese mes, el ministro del Interior de Venezuela, Néstor Reverol, anunció que las fuerzas armadas y la policía del país habían frustrado un intento de invasión naval de mercenarios que intentaron ingresar a Venezuela por mar desde la vecina Colombia.
“[…] Gracias a las acciones rápidas y efectivas de nuestras Fuerzas Armadas, y del grupo de trabajo policial, algunos [mercenarios] fueron derribados y otros ahora están presos”, agregó Reverol. .
El presidente venezolano Nicolás Maduro ha denunciado reiteradamente a los grupos que reciben apoyo de Colombia y Estados Unidos, acusándolos de buscar «socavar la estabilidad de nuestra patria con acciones violentas». En abril, Maduro anunció la movilización de artillería en áreas estratégicas para proteger a su país de una potencial incursión.
Caracas y Bogotá rompieron relaciones diplomáticas a principios de 2019, en medio de una escalada de la crisis política en Venezuela cuando el legislador opositor Juan Guaidó se autoproclamó «presidente interino», y pidió al gobierno democráticamente electo de Nicolás Maduro que dimitiera.
Maduro respondió acusando a Guiado de intentar organizar un golpe fallido para robar a Venezuela sus vastos recursos petroleros y minerales.