Récord de infectados y de víctimas fatales, la Covid-19 sigue sin tregua en una Argentina con una cuarentena hace más de cinco meses, hoy más relajada, donde es palpable una mayor cantidad de personas en las calles.
Pese al llamado del Gobierno y del propio presidente, Alberto Fernández, por mayor responsabilidad individual, la nación continúa en el llamado pico de la pandemia y esta semana las cifras crecieron de manera vertiginosa hasta llegar a ocho mil 225 nuevos casos en menos de 24 horas, la más alta desde que se reportó en marzo el llamado paciente cero.
El número de contagios se eleva a más de 320 mil en todo el país. Aunque a diferencia de otras naciones como Brasil, este país ha logrado controlar en gran medida la situación, que dio tiempo a reforzar los centros sanitarios, pero el alza de contagios pone presión en la ocupación de camas en los hospitales, sobre todo en el área de cuidados intensivos.
Al respecto, el Ministerio de Salud indicó que hay mil 832 casos en unidades de terapia intensiva, con un porcentaje de ocupación de camas de adultos de 58,6 por ciento en el país y del 68,7 por ciento en el Área Metropolitana Buenos Aires. Pero, si los números de pacientes enfermos continúan creciendo se teme por un posible colapso.
Los ocho mil 225 contagios reportados la víspera superó en 562 el máximo registrado el miércoles pasado con siete mil 663 contagiados, dato preocupante sobre todo porque muy pocos están cumpliendo, al menos en la capital, con la cuarentena.
Así lo revela también la cantidad de pasajeros que viajan en trenes y autobuses en la capital, con un aumento de un cinco a un 16 por ciento, respectivamente.
De acuerdo con datos del gobierno porteño, en la semana última se movilizaron dos millones y medio de personas, lo que equivale al 36 por ciento de la gente que lo hacía un día habitual previo a las medidas de aislamiento.
Mientras algunas provincias ya están en fase de distanciamiento e incluso reanudaron el curso escolar, en otras la Covid-19 sigue golpeando, como en esta capital, la provincia de Buenos Aires, Jujuy, Chaco y Río Negro, donde las autoridades apelan a la responsabilidad para evitar que se profundicen más los casos de transmisión comunitaria.