El ministro de Defensa bielorruso ordenó que las tropas en la región occidental de Grodno sean reforzadas con unidades de misiles tácticos, drones y sistemas de defensa aérea, luego de que el presidente Alexander Lukashenko le dijera que «vigile» a la OTAN.
Anteriormente, Lukashenko dijo que el aumento de las actividades de la OTAN en las fronteras occidentales de la nación había provocado algunas preocupaciones en Minsk, y agregó que los movimientos cerca de la región de Grodno, en particular, «te hicieron pensar». Durante una reunión del Consejo de Seguridad el miércoles, el presidente también ordenó al Ministerio de Defensa que vigile de cerca la alianza.
El ejército bielorruso aparentemente tomó en serio su consejo, ya que el ministro de Defensa, el general de división Viktor Khrenin, ordenó de inmediato que las fuerzas bajo el mando operativo occidental se reforzaran con un misil táctico y múltiples batallones de lanzacohetes, y sistemas de defensa aérea y de drones.
Las tropas de la región de Grodno ya están participando en ejercicios militares, en los que participan batallones de infantería mecanizada y de tanques, así como fuerzas de artillería y tropas aerotransportadas. Ahora Khrenin ha pedido a los militares que redacten propuestas para ejercicios defensivos adicionales.
Mientras tanto, Lukashenko afirma que su nación es tan fuerte como siempre y está lista para repeler a cualquier invasor potencial, a pesar de las enormes protestas contra el gobierno que estallaron después de las controvertidas elecciones presidenciales del domingo pasado.
“Aquellos que creen que el gobierno aquí… se está volviendo inestable, están equivocados”, dijo.
No nos moveremos. Aquellos en el extranjero que afilen sus espadas se encontrarán con una firme resistencia.
Bielorrusia se ha visto afectada por las protestas durante más de una semana desde las elecciones presidenciales en las que Lukashenko fue declarado ganador. La oposición, la Unión Europea y algunos políticos rusos han cuestionado los resultados, argumentando que la votación fue manipulada.
Estos acontecimientos llamaron la atención de las naciones occidentales, que han acusado al gobierno de Lukashenko de «falsificar» el resultado de las elecciones y reprimir las protestas. A su vez, el presidente bielorruso advirtió a Occidente que no interfiera en los asuntos internos de su país.