(Video) Soldados rebeldes detienen al presidente y al primer ministro de Malí mientras la crisis política se convierte en motín


Los soldados que tomaron las armas en Malí arrestaron a los principales funcionarios del país, incluidos el presidente Ibrahim Boubacar Keita y el primer ministro Boubou Cisse, lo que generó preocupación en la ONU y la Unión Africana.

La detención de Keita se produjo después de un período de incertidumbre en medio de informes que sugerían que los soldados se amotinaron en la base militar de Kati en las afueras de la capital maliense de Bamako y arrestaron a varios altos funcionarios militares y civiles, incluidos varios ministros.

Tanto el presidente como el primer ministro están «a manos» de los militares rebeldes, según diversas fuentes tanto del gobierno como de los amotinados. Fotos y videos no verificados que circulaban en las redes sociales presuntamente mostraban a ambos políticos siendo escoltados por militares en un automóvil antes de llegar a la base de Kati.

El público en general, así como una coalición de oposición, han estado pidiendo la renuncia de Keita y parecen estar dando la bienvenida a las detenciones, ya que se podía ver a multitudes de personas celebrando la noticia en las calles de Bamako y mostrando su apoyo a los militares. La coalición de la oposición también respaldó a los amotinados, diciendo que los acontecimientos no fueron un golpe de estado, sino «una insurrección popular».

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Los dramáticos desarrollos en la nación de África Occidental siguen a protestas masivas contra el gobierno que exigen la renuncia de Keita por una crisis económica demoledora, la percepción de corrupción gubernamental y la incapacidad para combatir con éxito a los grupos yihadistas armados en el norte del país.

La detención de un presidente, que contaba con el apoyo de Francia, la antigua potencia colonial de Malí, y sus aliados occidentales ha hecho sonar las alarmas tanto para la ONU como para la Unión Africana.

El director de la Unión Africana, Moussa Faki Mahamat, dijo que «condena enérgicamente la detención forzosa» de Keita y Cisse y exigió su liberación inmediata.

Mientras tanto, la Comunidad Económica de Estados de África Occidental ha decidido cerrar las fronteras de sus estados miembros con Malí, cortar todos los flujos financieros y suspender a Bamako de sus órganos de toma de decisiones, al tiempo que pide a la comisión de la CEDEAO que imponga sanciones a los “golpistas y sus socios y colaboradores.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también pidió «la restauración inmediata del orden constitucional y el estado de derecho en Mali», dijo su portavoz, Stephane Dujarric, en un comunicado. Los enviados franceses y estadounidenses también se apresuraron a unirse al coro de voces críticas, condenando los arrestos «en los términos más enérgicos» y expresando su oposición a los «cambios extraconstitucionales».

Existe un temor creciente de que los acontecimientos puedan hundir más profundamente a la nación, ya afectada por la crisis, en un momento en que lucha por contener a los extremistas islamistas atrincherados en su norte, lo que podría abrir oportunidades para una nueva ofensiva en la región.

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