El martes, CNN informó que una rama de los talibanes * pudo haber recibido pagos de Irán por al menos seis ataques contra las fuerzas de la coalición en Afganistán el año pasado.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Saeed Khatibzade, ha rechazado las afirmaciones de que Teherán ofreció recompensas a los militantes talibanes en Afganistán por atacar a las tropas estadounidenses.
Denunció las acusaciones como parte de la propaganda estadounidense para «encubrir» los errores de cálculo de Washington con respecto a Afganistán.
Khatibzade instó a Estados Unidos a «actuar con responsabilidad» y poner fin a su «presencia catastrófica» en el país del sur de Asia, y agregó que el gobierno estadounidense «no tiene respuesta para las familias de los soldados muertos en Afganistán».
El funcionario habló después de que CNN citó fuentes de inteligencia anónimas diciendo el martes que la Red Haqqani dirigida por el líder adjunto talibán Sirajuddin Haqqani pudo haber recibido pagos de Irán por al menos seis ataques contra las fuerzas de la coalición, incluido un asalto a la base aérea de Bagram en diciembre de 2019.
El ataque del 11 de diciembre mató a dos civiles e hirió a decenas más, entre ellos cuatro militares estadounidenses.
El informe de CNN fue precedido por The New York Times que citaba fuentes gubernamentales anónimas que dijeron en junio que al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se le presentó un informe de inteligencia que alegaba que Moscú podría haber ofrecido recompensas a los talibanes por el asesinato de soldados estadounidenses.
Trump negó haber sido informado sobre el asunto, y agregó que el vicepresidente Mike Pence y el jefe de gabinete Mark Meadows tampoco recibieron información sobre las acusaciones. Trump también criticó a The New York Times por difundir lo que describió como noticias falsas.
Las acusaciones también fueron negadas tanto por Moscú como por los talibanes, con el Kremlin criticando las acusaciones como «tonterías» y el grupo militante las calificó como un intento de obstruir la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán.
Los acontecimientos se produjeron después de que Estados Unidos y los talibanes firmaron un acuerdo de paz largamente esperado en la capital de Qatar, Doha, a fines de febrero, que prevé el calendario para que Estados Unidos retire algunas de sus 13.000 tropas de Afganistán.
El acuerdo también estipula la liberación de hasta 5.000 prisioneros talibanes y la cooperación de Estados Unidos con el nuevo gobierno islámico afgano posterior al asentamiento y la no injerencia de Washington en los asuntos internos de Kabul.
A cambio, los talibanes están obligados a tomar medidas para evitar que grupos terroristas, como al-Qaeda *, utilicen suelo afgano para amenazar la seguridad de Estados Unidos y sus aliados.
Las tropas estadounidenses han participado en operaciones militares en Afganistán durante 19 años desde los ataques terroristas del 11 de septiembre, pero con poco éxito, ya que no lograron derrotar a los talibanes ni establecer la paz en el país por ningún otro medio.