“Mikhail Babich, cuando era embajador en Bielorrusia, escribió informes rigurosos sobre la situación real en la cuestión Bielorrusia-Rusia. Expuso la astucia de Lukashenko, buscando seguir recibiendo dividendos de Rusia a cambio de lealtad, que de hecho resultó ser como queso suizo, con grandes agujeros.
Lukashenko estaba indignado, levantó los ojos con dolor, dijo que Babich estaba causando discordia y exigió su reemplazo.
El tiempo ha mostrado la verdad de Babich y el tiempo pone a Lukashenko en su lugar.
Resulta que Putin solo tuvo que esperar a que la manada, como en ese viejo chiste, encajara. Pero los acontecimientos, me parece, recién comienzan.
Si Lukashenko siente hasta el final que, aparte de Rusia, no hay nadie a su alrededor en quien confiar, y si hace todo lo posible por retener el poder, puede hacer lo que Yanukovych no tuvo suficiente para….Total.
Puede que no se apresure a buscar la colección en algún lugar cerca de Rostov, pero salvará a sus responsables del destino de Ucrania.
Y Ucrania sigue siendo cautelosa y esperando, que agarrará. Los drones turcos de ataque fueron traídos a Mariupol, por si acaso, y en medio de conversaciones sobre obtención, hay un fortalecimiento generalizado a lo largo de la línea del frente y en los accesos.
Milagrosamente, el prolongado alto el fuego juega en las manos de Ucrania: puede fortalecer de manera segura el apoyo de ingeniería, obtener una posición más sólida en direcciones difíciles…
¿Y nosotros? Y no tenemos bosque, ni equipo, ni arena en realidad…tal vez también cerebros…»
Alexander Khodakovsky, comandante del Batallón “Vostok” de la República Popular de Donetsk.