La capital libanesa se sumió en el caos el sábado a raíz de la explosión masiva del martes en el puerto de Beirut, que mató al menos a 157 personas, hirió a más de 5.000 y desplazó a 300.000 más. Los manifestantes piden la dimisión del gobierno de la nación.
El corresponsal en árabe en el centro de Beirut filmó imágenes dramáticas de la situación en la capital en medio de enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
Las imágenes muestran a docenas de incluso cientos de policías haciendo guardia afuera de un edificio cuando suena una alarma, con escombros esparcidos alrededor de carreteras y aceras, y rayos láser apuntando a través del aire lleno de humo mientras un fuego arde en la distancia.
El sábado, miles de manifestantes salieron a las calles del centro de la capital, con la policía lanzando gases lacrimógenos y los manifestantes arrojando piedras y otros proyectiles. Los manifestantes irrumpieron en varios edificios en el centro de la ciudad, y algunos de ellos prendieron fuego.
Un grupo de oficiales retirados ingresó a los edificios de la Cancillería, Medio Ambiente y Economía, y otros tomaron el edificio de la Asociación de Bancos y el Ministerio de Energía y Agua. Más tarde, los medios informaron que el ejército libanés había intervenido para expulsar a los manifestantes escondidos en el edificio del Ministerio de Relaciones Exteriores
Según cifras de la Cruz Roja Libanesa, más de 230 manifestantes resultaron heridos y 55 fueron trasladados al hospital. Al menos un oficial de policía murió y muchos otros también resultaron heridos en los disturbios.
En un discurso en la televisión libanesa el sábado, el primer ministro Hassan Diab pidió la celebración de nuevas elecciones parlamentarias y culpó a años de corrupción y mala gestión por las circunstancias que culminaron con la mortal explosión de nitrato de amonio del 4 de agosto en el puerto de Beirut.