El domingo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, lanzó un nuevo ataque contra China e Irán, en el que acusó a las dos potencias orientales de desestabilizar el Medio Oriente, mientras criticaba a Irán como el mayor patrocinador del terrorismo en el mundo.
La cuenta del Departamento de Estado de Estados Unidos en Twitter citó a Pompeo diciendo que la entrada de China a Irán destruiría la estabilidad en el Medio Oriente, y explicó que la posesión de Teherán de la oportunidad de obtener armas y dinero del Partido Comunista Chino pondría en peligro la región.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, confirmó el mes pasado que su país no otorgará a China ni a ningún país del mundo el derecho a beneficiarse exclusivamente de ninguna parte del territorio iraní, luego de informes de prensa sobre los detalles del documento de cooperación estratégica entre Teherán y Beijing, que insinuó la posibilidad de incluir el documento de bases militares de China en Irán.
Los informes de prensa tocaron los términos de un acuerdo supuestamente filtrado entre Irán y China, que incluye la concesión de islas y bases militares y aéreas a China a cambio de inversiones en todos los sectores económicos, de seguridad y militares, y pagos a Teherán para comprar petróleo crudo iraní.
La administración estadounidense está trabajando con todas sus fuerzas políticas y diplomáticas para arrinconar a Irán y evitar que adquiera armas avanzadas, especialmente misiles nucleares y balísticos, mediante la imposición de sanciones de amplio alcance.
Por lo tanto, Estados Unidos impuso sanciones a funcionarios prominentes en Irán, incluido el líder supremo, el ayatolá ‘Ali Khamenei.
Ahora están trabajando para extender el embargo de armas contra la República Islámica a través del Consejo de Seguridad de la ONU, que finaliza el próximo mes de octubre, atribuyendo esto a la desestabilización de Irán en el Medio Oriente y la flagrante injerencia en los asuntos internos de los países vecinos.
Irán ha estado sujeto a sanciones de la ONU, incluso en el campo de la cooperación militar internacional, desde mediados de la década de 2000.
Las restricciones se levantaron parcialmente después de una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 2015. Sin embargo, la prohibición del suministro de armas ofensivas estará en vigor hasta octubre de 2020.