El Ministerio de Relaciones Exteriores alemán respondió a las amenazas de Estados Unidos contra “Nord Stream 2”. Alexander Kamkin, un destacado investigador del Centro de Estudios Alemanes del Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de Rusia, expresó la opinión de que Berlín no tiene la intención de convertirse en rehén de Washington en este asunto.
Los medios alemanes señalaron un rasgo muy importante de la posición firme de Berlín sobre la necesidad de la implementación final del proyecto gasista ruso-europeo. Resultó que incluso los que se oponían a la cooperación con Moscú cambiaron de punto de vista después de las amenazas de Washington.
El secretario de Estado del Ministerio de Relaciones Exteriores alemán, Niels Annen, en una entrevista con el diario Handelsblatt, criticó la carta de los senadores estadounidenses que amenazaban el puerto de la ciudad alemana de Sassnitz con sanciones sobre “Nord Stream 2”.
Anteriormente, tres senadores estadounidenses enviaron una carta al operador portuario Sassnitz GmbH, en la que se refiere a las sanciones inminentes contra las empresas involucradas en el apoyo a la construcción del gasoducto. En particular, la carta afirma que si el trabajo continúa, el puerto de Sassnitsa enfrentará una «destrucción financiera».
Annen dijo que el tono y el contenido de las cartas de amenaza a las empresas alemanas eran completamente inapropiados.
«Les hemos dejado en claro a nuestros socios estadounidenses que no permitiremos la presión sobre nuestras empresas», dijo el secretario de Estado.
Señaló que la política energética de Alemania y Europa se determinará «exclusivamente en Berlín y Bruselas, y no en Washington».
Annen también dijo que Alemania utilizará la presidencia de la UE para «fortalecer la soberanía europea», y agregó que Europa no debe sucumbir al chantaje.
Alexander Kamkin, un investigador líder en el Centro de Estudios Alemanes del Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de Rusia, comentó sobre esta declaración.
«La declaración es bastante dura en el contexto del régimen especial de relaciones euroatlánticas. Atestigua que Berlín no quiere convertirse en rehén de Washington, rehén del trumpismo duro en cuestiones de política energética. Si, por ejemplo, en su enfoque de la crisis de Ucrania, Berlín demuestra más unidad con los socios extranjeros, entonces en cuanto al gas, la energía: la amistad es la amistad y el dinero aparte. Aquí Berlín se resiste, al darse cuenta de que los beneficios de “Nord Stream 2” para la economía alemana son muy, muy significativos. El proyecto es extremadamente beneficioso para Alemania. Y los alemanes aman y saben contar el dinero, por lo tanto, llegarán al final. Creo que los estadounidenses aumentarán constantemente lo que está en juego en esta lucha», dijo Alexander Kamkin.