La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, denunció hoy el silencio de las corporaciones mediáticas internacionales en torno a los confesos planes desestabilizadores fraguados desde Estados Unidos.
A través de la red social Twitter, la vicemandataria rechazó recientes pronunciamientos de congresistas estadounidenses en torno al fracaso de la estrategia de Washington para provocar un cambio de régimen en la nación sudamericana.
‘Las corporaciones de la comunicación callan lo que en el mundo sería un escándalo: la confesión alta y clara del golpe organizado por EE.UU. contra Venezuela, sus planes fracasados de desestabilización, magnicidio frustrado, la imposición de un criminal como falso presidente’, escribió Rodríguez en la red social Twitter.
El funcionario designado por la Casa Blanca para Venezuela, Elliot Abrams, compareció la víspera ante el comité de Asuntos Exteriores del Senado estadounidense, donde recibió duras críticas por parte de congresistas republicanos y demócratas por el fracaso de los planes para derrocar a Nicolás Maduro, según reportes de prensa.
El senador demócrata Chris Murphy subrayó que la política de estados Unidos hacia el país sudamericano ‘ha sido un desastre absoluto’, al cuestionar la decisión de apoyar al autoproclamado presidente encargado Juan Guaidó, y reconocer además la responsabilidad de Washington en la fallida intentona golpista del 30 de abril de 2019.
Al intervenir ante el comité parlamentario, Elliot Abrams aseveró que la administración estadunidense de Donald Trump continua ‘trabajando duro’ para sacar este año del poder al legítimo mandatario venezolano Nicolás Maduro.
‘Desde 2019 Abrams y su combo desarrollaron una estrategia golpista ilegal y un bloqueo criminal contra Venezuela. Hoy los halcones están de salida, en fase terminal. (…) Un decadente imperio de papel’, escribió al respecto el canciller Jorge Arreaza en la red social Twitter.
Desde enero de 2019 Estados Unidos recrudeció su política hostil contra Venezuela, tras expresar su respaldo a la autoproclamación de Juan Guaidó -entonces titular del Parlamento en desacato- como presidente encargado, en acto de usurpación percibido en Caracas como intento de golpe de Estado.
Junto al respaldo a un pretendido gobierno paralelo, Washington reforzó la aplicación de medidas coercitivas unilaterales y el bloqueo de activos y bienes en el exterior, con el fin de provocar la asfixia económica de la nación sudamericana para generar un estallido social que condujera a la caída del Ejecutivo bolivariano.
Voceros del Estado venezolano denunciaron además en reiteradas ocasiones el respaldo de Estados Unidos a conspiraciones golpistas e intentos de magnicidios, como la fallida incursión terrorista del 3 de mayo último, procedente desde Colombia.