Colombia y otros países de la región insisten en un cambio de gobierno en Venezuela arguyendo “defender la democracia” en el hemisferio.
El presidente de Colombia, Iván Duque, asegura que su Gobierno “defiende” irrestrictamente la Carta Democrática Interamericana, por lo que su país junto con otros de la región seguirán buscando un “retorno a la democracia” en Venezuela.
Según Duque, “no es un capricho” sino un proceso “necesario” para el continente.
“Aquí no hay caprichos, aquí no hay apuesta unilateral, pero aquí sí hay una defensa irrestricta de la Carta Democrática Interamericana para defender la democracia”, dijo Duque en una entrevista con la emisora local Caracol Radio el martes.
Una vez más, tildó al Gobierno chavista de “dictatorial” y lo acusó de ser “connivente” con los grupos terroristas de Colombia, en relación a la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Duque enfatizó en que Colombia mantendrá la oposición contra su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, como parte de su política de Estado y que lo hará “sin tropelías”, sin “discursos belicistas”, pero apelando siempre a la convicción diplomática de proteger los principios democráticos.
Por último, señaló que, en conjunto con otros países, buscará que en el país vecino “se den cuatro cosas: “que haya un cese de la usurpación, un gobierno de transición, con una representación amplia, donde estén todos los sectores; la convocatoria a elecciones libres, y un proceso de reconstrucción económica de Venezuela, que es necesario para el continente y para Colombia”.
Las relaciones entre Bogotá y Caracas se han deteriorado de manera considerable en los últimos años después de que Colombia secundara a EE.UU. en su decisión de reconocer a Juan Guaidó, quien, en enero de 2019, se autoproclamó “presidente interino” de Venezuela.
Las autoridades venezolanas rechazan tajantemente las retóricas de Colombia contra su país. Por su parte, Maduro, que denuncia la subordinación de Bogotá a Washington, rompió las relaciones con el país cafetalero, al asegurar que Bogotá busca crear “falsos positivos” para provocar un conflicto armado entre ambos países vecinos.