El canciller de Venezuela arremete contra el presidente de EE.UU., Donald Trump, por las nuevas sanciones contra el hijo del mandatario venezolano.
“El Gobierno de Trump no es más que una secta supremacista que pretende gobernar el mundo a partir de sanciones arbitrarias y narrativas ficticias”, declaró el jueves el ministro venezolano de Asuntos Exteriores, Jorge Arreaza, en un mensaje en su cuenta de Twitter.
El diplomático enfatizó que el presidente estadounidense, ante el pésimo desempeño general y la desastrosa gestión contra el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, acude a tales acciones desesperadas para obtener votos en Florida.
Las declaraciones de Arreaza se produjeron después de que Estados Unidos impusiera el jueves nuevas sanciones contra los hermanos Santiago y Ricardo Morón Hernández, a los que define como testaferros del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y su hijo, Nicolás Ernesto Maduro Guerra.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos enfatizó que los dos hermanos sancionados son socios fiables del mandatario y su vástago y les acusó de “ayudar a las actividades corruptas de Maduro y de su hijo” que ya son objeto de limitaciones financieras por parte de Washington. Estas sanciones impiden acceso al sistema financiero estadounidense y determinan la congelación de activos en este circuito financiero, además de prohibir transacciones con ciudadanos de este país.
En junio del año pasado, EE.UU. sancionó al hijo de Maduro por formar parte de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), a la que Washington considera “ilegítima”, y también lo acusó de participar en actos de propaganda y de censura, y de enriquecerse ilícitamente junto a su padre de minas en el país caribeño.
Desde el año 2008, EE.UU. ha ejercido una política de presiones diplomáticas y de sanciones económicas contra la nación venezolana, y hasta ahora ha sancionado a más de 200 funcionarios entre los que se encuentran militares, magistrados, rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), ministros, diputados, constituyentes y el propio presidente venezolano.
Washington incluso ha amenazado con el uso de la opción militar para sacar del poder a Nicolás Maduro, quien representa un obstáculo a sus planes injerencistas.