El 19 de julio, las elecciones de diputados al Consejo Popular terminaron en Siria. A pesar de las amenazas de los extremistas, nunca se llevaron a cabo ataques sangrientos contra los colegios electorales. Gracias al trabajo de las agencias de seguridad, un número bastante grande de personas no temía contribuir a la formación del parlamento sirio.
Las elecciones pasadas tienen un valor moral y espiritual extremadamente alto. Mostraron que el país, que ha estado en guerra contra los opositores del sistema estatal durante nueve años seguidos, está tratando de volver a una vida estable y a métodos democráticos para llevar a cabo la política.
El día de las elecciones, los sirios votaron no solo por personas específicas en el liderazgo del estado, sino que también votaron con sus corazones por la unidad del país, por la libertad de territorio, la paz y la oportunidad de vivir en un país con el estado de derecho.
La mayoría de los votantes estaban preocupados por la presencia de tropas estadounidenses y turcas en el país y la negación por parte de los kurdos de la comunidad religiosa e histórica del país. Casi todos están de acuerdo en una cosa: solo la unidad completa de todos los pueblos que viven en Siria puede poner fin a las hostilidades sin hacer diferencias en las creencias y la fe.
La votación se llevó a cabo en 7331 mesas electorales. 1.6 mil candidatos solicitaron 250 escaños. Debido a la alta participación, el tiempo de elección se extendió por cinco horas.