Los enfrentamientos en la frontera armenio-azerbaiyana, que estallaron el 12 de julio en varios asentamientos a lo largo de la frontera compartida entre ambos estados, continúan, y ambas partes informan diariamente de múltiples violaciones de alto el fuego. Los expertos predicen que los enfrentamientos fronterizos cesarán pronto, con ambas partes atenuando su belicosidad. Sin embargo, si el aumento de las tensiones continúa, servirá como una prueba de la efectividad de la diplomacia rusa en la región, señala Nezavisimaya Gazeta.
Moscú se ha encontrado entre una roca y un lugar difícil debido a la escalada armada en la región, sugiere el periódico. Tanto Bakú como Ereván son sus aliados dentro del sistema postsoviético. Ambos estados forman parte de la Comunidad de Naciones Independientes. Además, Moscú se involucra implícitamente en cualquier conflicto armado entre Azerbaiyán y Armenia, ya que ambos países importan armas rusas. La información sobre las armas rusas suministradas a Azerbaiyán y Armenia está clasificada actualmente.
Vadim Kozyulin, investigador de la Academia Diplomática del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, dijo a Nezavisimaya Gazeta que Moscú está llevando a cabo una política equilibrada de cooperación técnico-militar tanto con Armenia como con Azerbaiyán. «El suministro de armas y equipo militar no le daría ventaja a ninguna parte, que es lo que esencialmente los está frenando de un conflicto armado a gran escala», dijo. Por su parte, el investigador principal del Centro de Estudios Caucásicos de la Universidad del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú-MGIMO, Nikolai Silayev, señaló que los enfrentamientos del 2016 habían demostrado que el gasto militar de Azerbaiyán es más alto que el de Armenia, sin embargo, su capacidad de defensa está al mismo nivel.
Sin embargo, la situación puede cambiar, ya que Azerbaiyán y Armenia también tienen la oportunidad de comprar armamento no ruso.