Irán y China están trabajando en un acuerdo de cooperación integral de 25 años, que ya ha generado cierta controversia. Teherán se abstiene de comentar los detalles del acuerdo, pero miembros de la oposición iraní y expertos árabes especulan que convertirá a Irán en una “colonia china”, escribe Nezavisimaya Gazeta.
Las teorías más populares alegan que Teherán entregará Kish Island o el puerto estratégicamente importante de Jask a los chinos durante un largo período de tiempo, otorgará a Beijing el derecho de monopolio para comprar petróleo iraní y dar luz verde al despliegue de tropas chinas en el país.
«No se trata de un cambio estratégico», señaló Nikita Smagin, una experto sobre Irán del Consejo de Asuntos Internacionales de Rusia. «Es más una iniciativa iraní destinada a salvar las relaciones económicas que se han deteriorado debido a la presión extranjera. No creo que haya ningún avance, particularmente económico», agregó. Por otro lado, en opinión del experto, dado que Washington impide que Irán negocie con Occidente, China, que sabe cómo sortear las sanciones, tiene la oportunidad de fortalecer su influencia sobre Irán.
«China se convirtió en el principal socio comercial de Irán en los últimos años, pero las sanciones han provocado una disminución en el comercio», subrayó Smagin. «Y ahora, además de eso, está la pandemia de coronavirus, y el comercio disminuyó otro 30% en el primer trimestre del año. Irán entiende que hay que hacer algo al respecto», enfatizó el experto.
«Naturalmente, si resulta que el proyecto otorga concesiones a China, los políticos conservadores iraníes lo tomarán como una excusa para criticar aún más al gobierno. Al mismo tiempo, no creo que se hagan concesiones significativas. El proyecto es más probable que contenga declaraciones de intenciones que probablemente se implementarán parcialmente», concluyó Smagin.