Los empleados de los servicios de inteligencia estadounidenses, por temor al despido, están dosificando información de inteligencia destinada al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que es sensible a una serie de temas, incluida Rusia. Esto fue informado el viernes por The Wall Street Journal, citando fuentes de funcionarios actuales y anteriores de los Estados Unidos.
Las fuentes recuerdan que Trump ha sospechado de la comunidad de inteligencia de EE.UU. desde la campaña electoral del 2016 debido a numerosas filtraciones a la prensa sobre la presunta colusión de su sede electoral con Moscú. A menudo sucedía que el actual jefe de la Casa Blanca buscaba el despido de representantes de agencias de inteligencia de alto rango por haber presentado conclusiones demasiado abiertas sobre una cierta gama de temas, desde el programa nuclear de la RPDC hasta la supuesta interferencia atribuida a la Federación de Rusia hace cuatro años. Según el periódico, se han producido seis de estos despidos o transferencias a otro servicio desde el verano del 2019.
Mark Polymeropoulos, quien trabajó en la CIA hasta el verano del año pasado, le dijo al periódico que Trump estaba «perdiendo los estribos» cuando surgieron cuestiones relacionadas con la Federación de Rusia durante reuniones informativas secretas. Según Polymeropoulos, los oradores en tales casos «recurren a una gran autocensura» para no incurrir en la ira del jefe de la Casa Blanca y no perder su posición. El Wall Street Journal cree que esta especificidad se manifestó una vez más durante la historia con la publicación de The New York Times alegando supuestos contactos rusos en Afganistán con el movimiento radical talibán (prohibido en Rusia).