El presidente moldavo, Igor Dodon, calificó de inaceptable los sobornos a los diputados y declaró que tiene la intención de disolver el parlamento. Hizo tal declaración durante el programa de televisión «El presidente es responsable» el viernes, comentando la situación en la asamblea legislativa, donde la coalición gobernante del Partido de los Socialistas y el Partido Demócrata perdieron la mayoría debido a la transferencia masiva de diputados a la oposición.
«Sobornar a los diputados es una vergüenza, una burla del parlamento, la democracia y las opiniones de los ciudadanos. Ya hay 16-17 diputados en este parlamento que han sido comprados. Haré todo lo posible para lanzar pronto todos los procedimientos necesarios para celebrar elecciones parlamentarias anticipadas, que son la única solución», dijo Dodon. En su opinión, sería conveniente mantenerlos unidos a los presidenciales, que están programados para el 1 de noviembre. Anteriormente, los socialistas que apoyaban al presidente apelaron ante el Tribunal Constitucional, que la próxima semana debería decidir si estos procesos electorales se pueden combinar.
Dodon dijo que el diputado Dimitri Gatskan, quien dejó la coalición gobernante esta semana y luego entregó el mandato de diputado, admitió que fue sobornado. «Se acercó a mí, estaba un poco asustado, y dijo que un pariente se le acercó y puso 500 mil euros sobre la mesa. Le dije que fuera a la oficina del fiscal. No quería hacer esto», dijo el presidente, señalando que varios parlamentarios eran socialistas. , a quienes también se les ofreció dinero por abandonar la facción, ya habían acudido a la oficina del fiscal y se habían abierto casos penales.
En las últimas semanas, 17 de los 29 diputados abandonaron la facción del Partido Demócrata y se unieron al grupo Pro Moldavia y al partido Shore, detrás del cual, según el presidente, se encuentra el oligarca fugitivo Vladimir Plahotniuc y el empresario Ilan Shor, condenados por participar en el robo de 1 millón de euros de bancos de Moldavia. Anteriormente, el Fiscal General de Moldavia, Alexander Stoyanoglo, acusó a Plahotniuc, a quien la investigación considera el principal beneficiario del robo bancario, después de lo cual el tribunal de Kishinev emitió una orden de arresto, y la oficina del fiscal solicitó a Estados Unidos que extraditara al oligarca que vive en Miami. Por su parte, el ex primer ministro Pavel Filip, el líder de los demócratas, apeló a la oficina del fiscal, declarando que los representantes de Plahotniuc y Shor, que habían huido con él, ofrecían a los miembros de su partido hasta un millón de euros por unirse a la oposición. Según él, de esta manera, el oligarca está tratando de destruir la coalición gobernante, para lograr la renuncia del gabinete de Kiku para frenar la investigación del robo bancario.