El presidente de Venezuela dice que ha dejado sin efecto la expulsión de la embajadora de la Unión Europea (UE) en Caracas, dando así “una oportunidad” al bloque.
Nicolás Maduro ha manifestado que, tras la conversación telefónica sostenida el martes entre su canciller, Jorge Arreaza, y el Alto Representante para Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell, ha considerado a bien retomar el camino del diálogo político y diplomático entre ambas partes y, por ende, dejar sin efecto la expulsión de la embajadora comunitaria Isabel Brilhante Pedrosa, tal como lo había pedido Bruselas.
“Le dije al canciller Arreaza: déjame pensarlo, me parece buena la idea de darle una oportunidad, como decía John Lennon, al diálogo, a la diplomacia, a la comunicación y a un nuevo entendimiento con la UE”, ha informado este jueves el mandatario venezolano.
Maduro ha aclarado que la decisión de declarar persona no grata a la embajadora de la UE en Caracas, fue difícil, pero a la vez fue soberana y motivada en las sanciones que ilegalmente adoptaron los Veintisiete contra Venezuela.
El mandatario ha indicado que Arreaza planteó a Borrell “un reclamo solido sobre la ilegalidad e injusticia de las sanciones” contra Venezuela, pero “surgió la idea de tomar el camino del diálogo político y diplomático” de una forma más clara y directa. Las Cancillerías de ambas partes han emitido un comunicado conjunto sobre su decisión de continuar sus relaciones diplomáticas.
En un orden de acontecimientos, la UE sancionó el lunes a 11 funcionarios venezolanos acusándoles de socavar los derechos humanos en el país suramericano. En reacción, el presidente Maduro declaró persona no grata a la embajadora de la UE en Caracas y ordenó que abandonase el país.
De acuerdo con Maduro, los funcionarios de la UE mantienen “una actitud arrogante y supremacista” hacia la nación venezolana, siguiendo los designios del presidente de EE.UU., Donald Trump.
Con esta serie de sanciones, la lista negra de Bruselas contra Caracas suma 36 personas. La UE ha mantenido una postura menos beligerante contra Venezuela en comparación con EE.UU., pero esto cambió cuando, secundando a Washington, reconoció en enero del 2019 al opositor Juan Guaidó como “presidente interino” del país suramericano.