El depuesto presidente de Bolivia, Evo Morales, rechaza la presencia de observadores de la OEA para que supervisen las elecciones del próximo 6 de septiembre.
Morales se respaldó en una declaración del denominado Grupo de Puebla para rechazar la presencia de observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) en las elecciones generales de septiembre.
A través de su cuenta de Twitter, el líder indígena indicó el miércoles que el Grupo de Puebla pone en entredicho el papel de la OEA como observador de futuras elecciones “por lo acontecido en Bolivia en los comicios de 2019, cuando un informe engañoso, rebatido hoy científicamente, precipitó el golpe de Estado que costó la vida de 38 bolivianos”.
Esta agrupación es un foro político y académico integrado por representantes políticos del mundo. Fue fundado el 12 de julio de 2019 en la ciudad mexicana de Puebla. De acuerdo con sus fundadores, el objetivo principal es articular ideas, modelos productivos, programas de desarrollo y políticas de Estado de carácter progresista.
En una entrevista concedida al semanario boliviano EL DEBER, publicada la misma jornada, el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de Bolivia, Salvador Romero, informó que el ente electoral contemplaba la llegada de tres misiones grandes de observación electoral: la de la OEA, la de la Unión Europea (UE) y la de la Unión Interamericana de Organismos Electorales de América, agrupados en la Uniore.
A principios de junio, un estudio de investigadores independientes tildó de “deficiente” el análisis de la OEA que concluyó que hubo fraude en los comicios generales en Bolivia, en octubre de 2019. La pesquisa se basó en datos de las autoridades electorales de Bolivia obtenidos por el periódico estadounidense The New York Times.
El informe de la OEA que ha sido puesto en duda concluía que, durante las elecciones presidenciales en Bolivia, hubo un aumento irregular de la tendencia de los votos a favor de Morales, que fue catalogado por el organismo como “inexplicable”.
Morales, primer presidente indígena en la historia de Bolivia, renunció a su cargo para, como él mismo dijo, “preservar la paz” tras un golpe de Estado dirigido por la oposición, que, en ningún momento, reconoció su reelección en los comicios del 20 de octubre de 2019 e impulsó que se desatara la violencia en las calles.
Bolivia se prepara para celebrar nuevas elecciones generales, las cuales fueron postergadas para el 6 de septiembre por la crisis sanitaria generada por la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
De acuerdo con las más recientes encuestas, el exministro de Economía Luis Arce, candidato presidencial del Movimiento al Socialismo (MAS), partido liderado por el depuesto Morales, encabeza las preferencias electorales de cara a la votación de septiembre.