En el ayuntamiento de la ciudad belga de Gante, no esperaron a que los activistas de izquierda demolieran el monumento al rey Leopoldo II (1865-1909), y ellos mismos desmantelaron el busto de bronce del monarca. Según el periódico local en francés Le Soir, esta decisión está diseñada para «restaurar la justicia histórica».
Se informa que ahora el monumento ha sido limpiado de daños y en un futuro próximo se destinará al resto del museo municipal de la tradición local.
En el contexto de las protestas contra la discriminación racial en todo el mundo en Bélgica, los acalorados debates sobre la controvertida personalidad del rey se renovaron con renovado vigor. Bajo él, el país alcanzó un poder sin precedentes, buscando una expansión colonial agresiva. En particular, vastos territorios en África estaban ocupados en el área del delta del río Congo. Según los historiadores, durante su reinado la población negra disminuyó bruscamente debido a las insoportables condiciones de trabajo y el hambre.
Actualmente, se ha lanzado una campaña pública llamada «Corrección de la historia» en todo el país para deshacerse de cualquier imagen del odiado monarca.