China alista hoy medidas más contundentes para contrarrestar operaciones de espionaje organizadas por Australia, mientras protege sus intereses y seguridad nacional, aseguraron bajo anonimato fuentes del gobierno al diario Global Times.
Según precisaron al periódico, las agencias de inteligencia buscarán contraatacar acciones como el envío de espías y materiales de fisgoneo, instigación para que los compatriotas deserten, la publicación de noticias falsas sobre el país asiático e intentos por colocar escuchas en su embajada en Canberra.
Las fuentes mencionaron que desde 1980 existen registros sobre las infiltraciones y robos de tecnología por parte de Australia, y entre los casos más recientes citaron a un agente descubierto en 2018, con equipos, apuntes, un mapa de Shanghái y dinero en efectivo para sus labores.
Comentaron sobre la instalación de una estación de inteligencia en la embajada del estado oceánico en Beijing que tiene varios miembros con estatus de diplomáticos, sistemas sofisticados y además recaba datos de Japón, Mongolia y Corea del Sur.
También de la vigilancia en Australia a instituciones, estudiantes, empleados y residentes de la diáspora china, el reclutamiento obligado para convertirlos en informantes, un mayor presupuesto y la continua construcción de redes de espionaje.
En ese contexto, se refirieron a una hostilidad sin precedentes y el papel de algunos medios de comunicación para influenciar de manera negativa en la opinión pública y de políticos allí con informaciones sobre el supuesto espionaje de China en asuntos de aquel territorio.
Las relaciones Beijing-Canberra atraviesan momentos de creciente tensión, con el intercambio de acusaciones, restricciones comerciales y una alerta de viaje para los ciudadanos chinos con planes de visitar o estudiar en Australia por motivos de seguridad y discriminación.
Varias voces coinciden que Estados Unidos instiga la confrontación, pues busca sumar al territorio oceánico a su incesante rivalidad con el gigante asiático.