Los conspiradores, liderados por dos miembros de la compañía de seguridad privada estadounidense Silvercorp que supuestamente fue contratada por el líder opositor Juan Guaidó, planeaban secuestrar al presidente Nicolás Maduro y llevarlo a los Estados Unidos. El ataque fue frustrado por el ejército venezolano en sus primeras etapas.
Venezuela se ha quejado de que el edificio de la embajada de España en Caracas sirvió como base para la planificación de la operación fallida para secuestrar al presidente Maduro, que según los informes fue organizado por las fuerzas de oposición del país. Al dirigirse a la nación por televisión, el ministro del Poder Popular para la Comunicación y la Información, Jorge Rodríguez, acusó a España de encubrir a la oposición y sus planes de asesinar a funcionarios venezolanos.
Rodríguez criticó aún más la inacción de Madrid con respecto a las actividades del líder opositor venezolano Leopoldo López, que actúa desde la misión diplomática de España en Caracas.
«¿Sabe el gobierno de España que Leopoldo López continúa haciendo videoconferencias con el único propósito de discutir sus planes para asesinar al presidente Nicolás Maduro? ¿Tiene algo que decir el gobierno español sobre esto?» Rodríguez se preguntó.
El ministro también dijo que había invitado al Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, a hablar sobre el asunto de que uno de los miembros del bloque prestara su embajada a aquellos que planean crímenes contra Venezuela.
El ministro de comunicaciones criticó a otra figura prominente de la oposición: Juan Guaidó, que lo llamó una «herramienta» de las «fuerzas de extrema derecha más radicales» del presidente estadounidense Donald Trump y el «títere» de López. Rodríguez acusó a Guaidó de solo perseguir los objetivos de «tomar el poder y robar dinero», y agregó que el hombre ya se había convertido en «multimillonario» con el dinero que robó de las cuentas bancarias de Venezuela en los Estados Unidos.
López se ha escondido en la embajada de España en Caracas desde mayo de 2019, después de un golpe militar organizado por el autoproclamado presidente interino Juan Guaidó, que no logró derrocar al presidente electo del país, Nicolás Maduro.
Derrocamiento fallido de Maduro
El 3 de mayo, los militares venezolanos frustraron un intento de incursión naval por parte de mercenarios fuertemente armados que llegaban de Colombia y planeaban derrocar a Nicolás Maduro asegurando el aeropuerto de Caracas, secuestrando al presidente y sacándolo del país, supuestamente a los Estados Unidos.
Dos de los mercenarios detenidos resultaron ser empleados de la empresa de seguridad privada estadounidense Silvercorp: Luke Denman y Airan Berry. Ambos confirmaron que fueron contratados para entrenar a un grupo de conspiradores para secuestrar a Maduro y que la compañía fue contratada por el líder opositor venezolano Juan Guaidó.
El presidente Nicolás Maduro acusó personalmente a Estados Unidos y a POTUS Donald Trump de ser los autores intelectuales de los planes para derrocarlo. Washington ha apoyado activamente a Guaido desde que se proclamó presidente interino en enero de 2019. Los informes de los medios también sugieren que Estados Unidos ayudó a Guaido a organizar otro intento de golpe de Estado el 30 de abril de 2019, durante el cual el autoproclamado presidente interino intentó sin éxito conseguir al Ejército venezolano para unirse a su causa de expulsar a Maduro.