Irán denuncia las sanciones de EE.UU. contra capitanes persas por entregar gasolina a Venezuela y dice que la medida deja patente la desesperación de Washington.
“Los movimientos desesperados de EE.UU. contra individuos iraníes, como el anunciado por el secretario Pompeo, también conocido como secretario de odio, es una señal del fracaso de la llamada ‘presión máxima’”, ha señalado el portavoz de la Cancillería de Irán, Seyed Abás Musavi, en un mensaje publicado este jueves en su cuenta oficial de Twitter.
Musavi ha condenado el anuncio hecho el miércoles por el secretario estadounidense de Estado, Mike Pompeo, quien informó de la imposición de embargos contra los capitanes de los cinco buques cisterna iraníes que el pasado mayo transportaron gasolina a Venezuela.
El diplomático persa ha asegurado, no obstante, que la política de sanciones de EE.UU. nunca afectará ni a Irán ni a Venezuela.
“Pese a las presiones de EE.UU., Irán y Venezuela permanecerán firmes para contrarrestar las sanciones ilegales estadounidenses”, ha declarado, reafirmando la postura de Teherán en defensa de sus lazos con Caracas, incluso si no le cae bien a Washington.
Irán envió en mayo cinco buques cisterna a Venezuela, cargados de 1,53 millones de barriles de gasolina y aditivos, para paliar la gran escasez de combustible que sufre la nación sudamericana a raíz de las sanciones impuestas por EE.UU. Esta semana, un sexto buque iraní, cargado con alimentos destinados a la apertura del primer supermercado persa en el territorio venezolano, ha atracado en un puerto marítimo de la nación bolivariana.
Todo esto mientras el Gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, amenazaba con bloquear e impedir el paso de los buques de bandera iraní en dirección a las aguas territoriales de Venezuela. Varios analistas y observadores internacionales han visto en ese envío, realizado sin dificultad alguna, una evidente afrenta al orgullo de Trump.
Asimismo, varios expertos consideran que Irán logró obligar a Trump a renunciar y anunciar su disposición a reunirse con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, contra quien mantiene una campaña dura de presión destinada al derrocamiento del mandatario bolivariano.