La intervención turca en Libia a través del traslado de armas y mercenarios sirios es la base de la crisis libia. Así lo aseguró el ex ministro de Asuntos Exteriores de Egipto, Muhammad Arabi, según el portal de información árabe Libia 24.
Según el ex ministro, las resoluciones de los ministros de Asuntos Exteriores de la liga árabe sobre Libia «llevan un fuerte mensaje a quienes interfieren en los asuntos de los países árabes». Muhammad Arabi está convencido de que ha llegado el momento «de una presencia efectiva y fuerte» para finalmente resolver la crisis libia.
En conclusión, el ex Ministro de Relaciones Exteriores de Egipto señaló el hecho extremadamente importante de que los representantes de los Ministerios de Relaciones Exteriores de los estados arabes acordaron su posición con todas las partes.
Anteriormente, Egipto, junto con el Gobierno Provisional de Libia, desarrolló la «Declaración de El Cairo», cuya esencia es establecer una tregua entre las fuerzas del llamado “Gobierno de Acuerdo Nacional” de Libia y el Ejército Nacional de Libia (ENL) en la región, así como el régimen de silencio. La iniciativa egipcia fue apoyada en los Estados Unidos, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Rusia, Francia, Bahréin y los países del mundo árabe.
Al mismo tiempo, Turquía y el llamado Gobierno del Acuerdo Nacional de Libia (ENL) rechazaron las disposiciones de la Declaración de El Cairo, abandonando así la resolución pacífica de la crisis libia.
Anteriormente, la Agencia Federal de Noticias (FAN), citando al portavoz oficial del ENL, mayor general, Ahmad Mismari, informó sobre nuevos envíos de armas y militantes a Trípoli desde Turquía, a pesar de la amenaza de la propagación de la pandemia COVID-19. Según Mismari, del 9 al 10 de abril, un barco turco desembarcó a 1.500 terroristas al puerto de Trípoli.
Además, Turquía organizó campos de entrenamiento para mercenarios potenciales a lo largo de la frontera, uno de ellos fue creado por el equipo del “Ejército Nacional Sirio” «Feylak al-Sham» al norte de Alepo. Tenga en cuenta que los reclutadores turcos están atrayendo a menores para participar en batallas contra el ENL en Libia, manipulando la pobreza y prometiendo un salario mensual de $ 2,000.