Irak ha exigido que Turquía detenga sus operaciones militares en el norte del país, donde las fuerzas aéreas y terrestres turcas han comenzado una ofensiva contra los rebeldes kurdos.
El jueves, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Iraq convocó al embajador turco Fatih Yildiz y le entregó una «nota de protesta fuertemente redactada» que calificaba de provocación la actividad militar de Turquía en la región. Bagdad exigió la retirada inmediata de las fuerzas turcas y confirmó que ha aumentado la seguridad fronteriza.
Ankara lanzó el martes la operación llamada «Garra-Tigre» en la región de Haftanin, en el norte de Irak. Se está llevando a cabo contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que ha tomado las armas contra el estado en un intento de obtener la independencia regional, y Turquía lo designa como un grupo «terrorista». Ambos siguen participando esporádicamente en escaramuzas armadas.
El Ministerio de Defensa turco ha declarado que sus fuerzas han alcanzado más de 500 objetivos en las primeras 36 horas.
La fuerza aérea turca atacó objetivos del PKK en el norte de Irak el domingo en una redada separada. Turquía comenzó sus salidas al norte de Irak el domingo, ejecutando una incursión aérea por separado. Después del bombardeo, las Fuerzas Especiales turcas también llevaron a cabo un asalto terrestre contra escondites «terroristas». Ankara dijo que la operación es una respuesta a los ataques intensificados en las bases del ejército turco.
El ejército iraquí emitió de inmediato una declaración «lamentando la penetración del espacio aéreo iraquí por los aviones turcos», que fue tan profundo como 193 km dentro del territorio iraquí
Turquía a menudo ataca a las fuerzas del PKK, tanto en su propia región del sudeste como en el norte de Irak, donde el grupo se basa principalmente. Un alto el fuego entre los dos se rompió en 2015 y Turquía ha estado organizando operaciones transfronterizas en Siria, donde también viven los kurdos.