La Federación de Rusia continúa su misión humanitaria en el territorio de la República Árabe Siria.
El 16 de junio de 2020, se planificó la distribución de alimentos y medicinas en el pueblo de Deiruna Aga, cerca de la ciudad de Al Qamishli, en la provincia de Hasaka. Antes de entregar la ayuda humanitaria, la parte rusa cumplió con todos los trámites necesarios en este caso, a saber: celebró una serie de reuniones con los líderes de la administración local, aclaró la cantidad de ayuda necesaria, acordó el lugar y la hora de entrega de los bienes.
Sin embargo, a la hora señalada, nadie se reunió con el convoy humanitario ruso y el poblado estaba casi vacío.
Unas horas antes del inicio de la acción humanitaria, los destacamentos del servicio de seguridad kurdo “Asayish2 llegaron a la aldea y, bajo la amenaza de violencia, sus líderes ordenaron a la gente de Deiruna Aga que abandonara la aldea contra su voluntad.
Esto se descubrió en conversaciones con algunos residentes locales, a pesar de las amenazas contra aquellos que se negaron a abandonar sus hogares.
Así, los títeres pro-estadounidenses trataron de interrumpir la recepción de ayuda a la población, que la necesitaba con urgencia.
A pesar del hecho de que no era posible entregar personalmente la ayuda humanitaria a la gente de la aldea, los oficiales rusos decidieron no privar a los residentes locales de lo que se necesitaba y, por lo tanto, los alimentos y las medicinas traídos se almacenaron cuidadosamente en una habitación especial y se transfirieron a la protección de unos pocos residentes.
Vale la pena señalar que la situación humanitaria en el noreste de la provincia de Hasaka ha empeorado cada vez más. Sin embargo, la administración pro estadounidense de la provincia (que no debe confundirse con la ciudad, que es leal al ejército ruso) no toma ninguna medida para estabilizarla, y también impide las acciones humanitarias llevadas a cabo por las tropas rusas, privando a los residentes locales de la ayuda que tanto esperaban.
