El presidente Vladimir Putin ha acusado al Partido Comunista Ruso de pedir a sus partidarios que rechacen los cambios constitucionales porque «siempre han abogado por la dictadura del proletariado» y buscan su restauración.
Los comunistas son el único partido representado en el parlamento del país que aboga por un «no» en el voto nacional sobre las enmiendas que se llevarán a cabo el 1 de julio. Ellos gobernaron el gallinero durante siete décadas de gobierno de un partido en la antigua Unión Soviética antes de que colapsó en 1991.
Según el líder del Partido Comunista, Gennady Ziuganov, las enmiendas propuestas por Putin «fortalecen la dictadura presidencial y consolidan la dominación oligárquica», y los comunistas exigen «una reparación fundamental de la Ley Fundamental». El líder de Rusia disputó las afirmaciones de Ziuganov y explicó que, según las enmiendas propuestas, el «presidente cede algunos poderes muy significativos».
La votación de todos los rusos del 1 de julio sobre la constitución propuesta se programó inicialmente para el 22 de abril, pero se pospuso debido a Covid-19. Entre otras enmiendas, los cambios propuestos incluyen la clasificación del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, la indexación de las pensiones y la prohibición de que funcionarios importantes tengan ciudadanía extranjera. Lo más controvertido, la nueva constitución también restablecería los términos servidos de Putin a cero, lo que le permitiría potencialmente gobernar como presidente hasta 2036