Trump contra la inmigración: nueva estocada al sistema de asilo


Los solicitantes de asilo podrían enfrentar todavía más escollos para alcanzar esa protección en Estados Unidos, a raíz de nuevas restricciones que promueve hoy en la materia la administración de Donald Trump.

El ejecutivo del mandatario republicano dio a conocer esta semana una propuesta que será publicada oficialmente el próximo lunes en el Registro Federal y sometida a un periodo de comentarios públicos de 30 días, la cual establece un mayor escrutinio para las peticiones de asilo.

Según el borrador de 161 páginas publicado el miércoles por los departamentos de Seguridad Nacional y de Justicia, uno de los cambios sugeridos comprende ejercer mayor revisión sobre una solicitud si la persona viajó por al menos un país en su camino hacia Estados Unidos y no pidió permanecer allí.

El ejecutivo de Trump ya había propuesto una regla similar para los migrantes que se mueven a través de México desde América Latina, pero la nueva regla ampliaría el alcance de esa política.

La norma indicaría, además, que vivir en Estados Unidos sin documentos durante más de un año antes de presentar una solicitud de asilo se consideraría un ‘factor adverso significativo’, a pesar de excepciones sobre el tema que existen actualmente.

Asimismo, casos de condenas penales, incluso aquellas que fueron anuladas, o la no presentación de impuestos, serían factores que podrían usarse en contra de un solicitante.

De acuerdo con la ley estadounidense, los extranjeros pueden ser elegibles para el asilo si prueban que fueron perseguidos o tienen un temor de persecución en sus países de origen debido a su raza, religión, opinión política, nacionalidad o pertenencia a un ‘grupo social específico’.

Ahora el gobierno quiere establecer nuevas definiciones para algunas formas a través de las cuales se califica para el asilo, sobre todo las relacionadas con la postura política y la pertenencia a determinado grupo social.

Medios norteamericanos de prensa señalaron que limitar esas categorías, las cuales son flexibles y pueden incluir, por ejemplo, a víctimas de violencia doméstica y pandillas, significaría el rechazo de un mayor número de peticiones.

La política vigente establece que los inmigrantes reciben una audiencia de asilo si pueden demostrarle a un oficial que tienen un temor razonable de persecución o tortura, pero la nueva norma permitiría a los jueces de inmigración desestimar un caso sin realizar tales citas si las pruebas de apoyo presentadas por un solicitante son consideradas muy débiles.

Greg Chen, director de relaciones gubernamentales de la Asociación Estadounidense de Abogados de Inmigración, declaró a la cadena NBC News que es durante las audiencias ante jueces cuando surgen más detalles que ayudan a impulsar un caso de asilo.

La regla, apuntó, cerraría el asilo para casi todos los sobrevivientes de violencia doméstica, así como para las personas atacadas por las pandillas. ‘Cortará el debido proceso de innumerables maneras para que sea más rápido y fácil deportar a los solicitantes, al negarles efectivamente un día justo en la corte’.

Esta serie de cambios se uniría a las muchas medidas ya adoptadas por Trump en su propósito de reducir la inmigración a Estados Unidos, las cuales incluyen que solicitantes de asilo esperen sus trámites en México o sean enviados a países del llamado Triángulo Norte (Honduras, Guatemala y El Salvador).

A decir del gobierno, la implementación de esas modificaciones ayudaría a los funcionarios a ‘descartar reclamos no meritorios’, pero muchas voces críticas la consideran otro golpe contra la inmigración.

Los continuos esfuerzos de la administración Trump para desmantelar nuestro sistema de asilo no son solo una violación de la separación de poderes y una clara extralimitación ejecutiva, sino que son inmorales, antiestadounidenses e ilegales, expresó el representante demócrata Jerry Nadler.

De igual modo, su colega Verónica Escobar denunció que una vez más el ejecutivo del republicano ‘está socavando nuestro sistema de asilo y proponiendo descaradamente una nueva norma no estadounidense para reescribir las leyes de inmigración’.

Por su parte, el Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes manifestó en un comunicado que la propuesta amenaza con asestar un golpe fatal al sistema de asilo de Estados Unidos, que ya ha sufrido tres años de ataques coordinados.

‘Los solicitantes de asilo son niños, adultos y familias que nuestro gobierno ha jurado dar la bienvenida y proteger, no chivos expiatorios políticos a los que apuntar cada vez que los números de las encuestas caen en picada’, advirtió la organización.

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