Rusia consideró hoy que la aplicación de medidas punitivas propuestas por un grupo de congresistas estadounidenses sería visto como acto de guerra, mientras rechazó el intento de acusar a este país de promover el terrorismo.
El presidente del comité senatorial ruso sobre política informativa, Alexander Pushkov, estimó que la aplicación de fuertes medidas restrictivas se vería aquí como el inicio de una guerra económica total contra Rusia. Es un acto de guerra, afirmó el senador.
De su lado, la vocera de la Cancillería, María Zajarova, afirmó que constituye una absoluta desverguenza de Washington acusar a Rusia de promover el terrorismo por personas que, al parecer, en medio de una ola de rusofobia, buscan darse a conocer, comentó.
Medios de prensa locales recuerdan que en Siria, Rusia participa con su aviación de combate desde septiembre de 2015, a petición de Damasco, en el combate a formaciones terroristas, tras más de un año de acciones de la aviación dirigida por Estados Unidos contra esos extremistas.
Rusia en varias ocasiones denunció la protección que le ofrece el Pentágono a grupos armados extremistas en el país levantino, cuyo gobierno acusa a Occidente de entrenar, pertrechar y financiar a las agrupaciones terroristas.
Al respecto, la miembro del comité de Relaciones Internacionales de la Duma (cámara baja) Elena Panina consideró irrisoria la acusación aparecida en el informe. Esa formulación de promover el terrorismo es más bien para Estados Unidos, afirmó.
Washington apoya a los extremistas en Siria y hace poco intentó realizar un desembarco de un grupo mercenario de sabotaje en Venezuela, declaró Panina.
Estados Unidos es único en la habilidad para poner todo al revés. Sin embargo, ante la cercanía de las presidenciales norteamericanas se superaron a sí mismos en la lucha por el poder, afirmó por su lado la senadora Olga Kavitidi.
Al respecto, el también senador Leonid Krutakov estimó que Washington intenta evitar el descalabro del viejo sistema global mundial y la redistribución de los centros de poder en el orbe y, al mismo tiempo, obligar a otras naciones a comportarse según sus reglas.