Las autoridades estadounidenses están considerando medidas de respuesta para el proyecto de ley sobre seguridad nacional que están desarrollando las autoridades centrales de la República Popular de China en Hong Kong para dañar sus propios intereses. Así, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, el viernes en una sesión informativa regular comentó sobre la declaración del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Stephen Mnuchin, de que Washington está trabajando en varias medidas en respuesta al proyecto de ley.
Como señaló la diplomática, la iniciación por parte de la legislatura de la República Popular de China del proyecto de ley sobre seguridad nacional en Hong Kong es un asunto interno de China, en el cual la interferencia de estados extranjeros, incluido Estados Unidos, es inaceptable.
«La interferencia de Estados Unidos en este proceso legislativo va en contra del derecho internacional y sus propios intereses. Una gran cantidad de empresas estadounidenses operan en Hong Kong, Estados Unidos también tiene un gran superávit en el comercio con Hong Kong, por lo que sus intereses están vinculados entre sí», dijo.
«Si Estados Unidos toma alguna medida que perjudique los intereses de Hong Kong, al final se perjudicará a sí mismo», enfatizó la diplomática.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Stephen Mnuchin, dijo a los periodistas el jueves que Washington está considerando varias opciones para responder a la situación en torno a Hong Kong. Según él, las posibles medidas de respuesta están siendo elaboradas, en particular, por el grupo de trabajo del presidente estadounidense en los mercados de capitales. También se está considerando la divulgación de información contable de varias empresas chinas.
El 28 de mayo, la Asamblea Nacional Popular de China aprobó una resolución para redactar un proyecto de ley sobre seguridad nacional en Hong Kong. La Casa Blanca tomó esto como una supuesta violación del estado autónomo de una región especial y prometió responder con sanciones. El 29 de mayo, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dijo que en relación con tales acciones de Beijing, la parte estadounidense comenzó el proceso de abolir todos los beneficios que esta región administrativa especial disfrutaba en las relaciones comerciales y económicas con los Estados Unidos.