Moscú está tratando de evitar que Estados Unidos arruine el acuerdo nuclear iraní. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, escribió una carta al Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, pidiéndole que impida el plan de Washington para restablecer las duras sanciones contra Irán. Según el máximo diplomático ruso, EE.UU. no tiene derecho a hacerlo, ya que se retiró del acuerdo para resolver el problema nuclear iraní en el 2018. EE.UU. no está de acuerdo con esto y presentó una resolución al Consejo de Seguridad de la ONU sobre la extensión del embargo de armas contra Irán. En caso de que Rusia lo vete, Washington insistirá en restaurar todas las sanciones internacionales anteriores contra Teherán.
El Consejo de Seguridad de la ONU enfrenta un serio choque sobre el tema iraní, escribe Kommersant. Ahora está claro que Rusia vetará la resolución de Estados Unidos. En su carta a Guterres, Lavrov señala que no hay razones objetivas para considerar el tema del embargo de armas contra Irán en el Consejo de Seguridad. Lavrov subraya que los suministros de armas no tienen relación con el programa nuclear iraní.
Obviamente, Estados Unidos no espera que Rusia respalde la resolución y ha elaborado el Plan B. Washington espera utilizar un mecanismo especial de resolución de disputas estipulado por la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU, que fue mencionada por Lavrov. Podría resultar en la restauración de todas las duras sanciones internacionales contra Irán, incluidas las restricciones en el suministro de armas, la cooperación en los campos económicos y de otro tipo y el congelamiento de activos extranjeros. Solo una parte del acuerdo nuclear iraní podría avanzar en este mecanismo, según el periódico. Aunque Estados Unidos se retiró del Plan de Acción Integral Conjunto hace dos años, Estados Unidos insiste en que el país todavía tiene el estatus de parte en el acuerdo. La lógica de Washington es clara: aunque se retiró del acuerdo político, el JCPOA, sigue siendo parte del proceso de la ONU, lo que le permite utilizar todos los mecanismos de la Resolución 2231. En su carta, Lavrov condena enérgicamente este plan. El alto diplomático dice que esto es absolutamente inaceptable, y enfatiza que «no puedes comer tu pastel y tenerlo también». Según Lavrov, el JCPOA no puede considerarse por separado de la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Mucho dependerá de la postura de los aliados europeos de Washington en el JCPOA: el Reino Unido, Alemania y Francia, según el periódico. Los europeos temen que si se extiende el embargo de armas o se restablecen las sanciones internacionales, Teherán expulsará a los inspectores internacionales y comenzará a fabricar una bomba nuclear.