Berlín considera que las sanciones extraterritoriales de Washington contra el gasoducto “Nord Stream 2” son inaceptables. Los legisladores alemanes le dijeron a Izvestia que si Estados Unidos continuaba intentando derribar el proyecto, Berlín tendría que desarrollar medidas de respuesta. Hasta el 94% del trabajo en “Nord Stream 2” se ha completado y Rusia confía en que se lanzará a fines del 2020.
Según los informes de los medios de comunicación, los senadores estadounidenses han presentado un nuevo proyecto de ley que podría incluirse en la Ley de Autorización de Defensa Nacional de 2021. Las nuevas medidas estarán dirigidas a los buques de colocación de tuberías “Akademik Chersky” y “Fortuna” que se supone que completarán los trabajos de construcción, tomando el lugar de la compañía suiza “Allseas” que se retiró del proyecto por temor a las sanciones estadounidenses. Los senadores estadounidenses afirman que “Nord Stream 2” representa una “amenaza para la seguridad nacional” de EE.UU. y la “independencia energética” de Europa y Ucrania.
La amenaza de Estados Unidos de sanciones extraterritoriales no puede verse como un acto amistoso, es una violación de la soberanía de Alemania y la Unión Europea, dijo el presidente del Comité Alemán de Asuntos Económicos y Energía del Bundestag, Klaus Ernst, quien representa al Partido de Izquierda “Die Linke”. Según él, si Estados Unidos continúa aplicando esta política, Berlín tendrá que considerar medidas serias para protegerse, incluidas las tarifas de penalización para el gas estadounidense.
Sin embargo, los legisladores alemanes están seguros de que las posibles sanciones de Estados Unidos no impedirán la finalización del oleoducto.
Los planes de Estados Unidos de imponer sanciones solo muestran que, en opinión de Washington, Rusia es capaz de completar el proyecto por sí sola, señaló Timon Gremmels, miembro del Comité de Asuntos Económicos y Energía del Bundestag.
El miembro de la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo, Markus Pieper, a su vez, señaló que las sanciones de los Estados Unidos eran una señal de interferencia inaceptable en la política energética y comercial de Europa.