Rusia considera que los problemas internos de EE.UU. son tan graves que ya resulta imposible ocultarlos, pero Washington intenta desviar la atención pública.
La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, ha afirmado este domingo que es imposible ocultar la magnitud de los males que achacan un país enfrascado durante decenios en la “exportación de la democracia”.
“Para conservar de alguna manera su renombre, su imagen, esa parte destinada a la exportación que siempre ofrecían a los demás países, hay que crear obligatoriamente ‘ruidos’ locales, regionales”, ha advertido.
Zajárova ha mencionado la situación sanitaria, provocada por la pandemia del nuevo coronavirus, y la falta de unidad entre los países occidentales como los problemas graves que enfrenta el país norteamericano.
También, al referirse a las últimas protestas en Estados Unidos, la portavoz rusa ha aseverado que el problema racial representa un “segundo bloque” de dolencias que atribuyen a los países occidentales, en concreto Estados Unidos, y explicó que ellos están “cosechando justo lo que sembraron”. “Sembraron caos, y ahora están cosechando el caos en su propio territorio”, ha enfatizado.
De acuerdo con la funcionaria rusa, Washington recoge el fruto de todo lo que trató de inculcar en “el subconsciente mundial”, es decir, la posibilidad de desestabilizar la situación en otras naciones con injerencia en sus asuntos internos que existen en cualquier Estado.
“¿De qué exportación de modelo estadounidense se puede hablar actualmente? Me parece que ellos han pasado al plan B, que consiste en la exportación de problemas”, ha cuestionado.
Las manifestaciones en curso en EE.UU. tienen lugar después de la muerte de George Floyd, un hombre afrodescendiente y desarmado que fue asesinado, el pasado 25 de mayo, después de que un policía blanco presionara su cuello, hasta asfixiarle, con una de sus rodillas a lo largo de más de ocho minutos.
ONU: Protestas revelan discriminación racial endémica en EEUU
Durante el desarrollo de las protestas, la Policía estadounidense ha usado gases lacrimógenos, granadas y aerosoles de pimienta para dispersar a los manifestantes pacíficos. Además, el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció que ordenaría un despliegue masivo de “miles y miles de soldados fuertemente armados, efectivos militares y agentes del orden público” si no se sofocan las marchas.