El presidente venezolano, Nicolás Maduro, rechaza cualquier vinculación de Venezuela con las protestas violentas en EE.UU., como le acusa este país.
“¿Es Maduro culpable del asesinato de George Floyd, es Maduro culpable del asesinato de 700 afroamericanos en los últimos siete años, es Maduro culpable de la opresión, la represión, la brutalidad policial en Estados Unidos?”, preguntó irónicamente el domingo Maduro.
El jefe del Estado venezolano, de este modo, ha reaccionado a las declaraciones de un funcionario estadounidense sin identificar que, sin aportar evidencias, dijo que Washington contaba con datos de inteligencia sobre individuos relacionados con el Gobierno de Maduro que habían tenido que ver en las manifestaciones en curso en EE.UU.
Adujo que el pueblo norteamericano, más allá del repudio de la muerte por asfixia de George Floyd bajo custodia policial, protesta contra todo un sistema de racismo y represión estructural. “Hasta dónde van a llevar su ‘maduritis’, su obsesión y locura”, cuestionó.
Según el mandatario, la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la enfermedad COVID-19, ha provocado grandes cambios sociales y políticos en EE.UU. Este alzamiento popular, añadió, es “la primera expresión política post-pandemia” de los grandes cambios habidos
Maduro lamentó, asimismo, los hechos reportados de brutalidad policial contra las manifestaciones en las ciudades estadounidenses, aun cuando la mayoría expresan su rechazo pacífico a la opresión y segregación sistemática contra las minorías raciales de ese país.
Las manifestaciones en curso contra la injusticia racial y los casos de brutalidad policial en EE.UU. tienen lugar después de la muerte del afrodescendiente George Floyd, asfixiado el pasado 25 de mayo por un policía blanco al apretarle el cuello con la rodilla durante más de ocho minutos.
En las manifestaciones, la Policía estadounidense ha usado gases lacrimógenos, granadas y aerosoles de pimienta para dispersar a los manifestantes pacíficos, y el presidente de EE.UU., Donald Trump, amenazó con un despliegue masivo de “miles y miles de soldados fuertemente armados, efectivos militares y agentes del orden público” si seguían las protestas.