Los servicios secretos británicos obligaron a los extremistas sirios a trabajar por sí mismos, y les ordenaron que recopilaran información sobre las instalaciones militares de la Federación de Rusia en el país árabe. Esto fue informado a los periodistas rusos por un ex miembro del grupo terrorista del Estado Islámico (ISIS, prohibido en la Federación de Rusia) Mohammed Hussein Saud, quien fue reclutado después de que decidió regresar a Palmira.
«Los británicos aprendieron esto a través de intermediarios y dijeron: «Trabajarán como espías. Les ayudaremos. Vayan a Palmira, les darán dinero, teléfonos y le brindarán todo lo que necesitan. La tarea es fotografiar instalaciones importantes de la inteligencia siria, los ejércitos ruso y sirio. Tuve que enviar fotos por Internet», dijo.
El ex extremista admitió que se reunió con oficiales de inteligencia británicos en el área de El Tanf en la frontera con Jordania, donde se encuentra la base militar estadounidense. Allí huyó de Palmira, donde por un tiempo se vio obligado a trabajar en el grupo terrorista ISIS.
Saud dijo que los expertos del Reino Unido necesitaban información sobre «sitios importantes en Rusia y Siria», en particular sobre seguridad, para poder lanzar un ataque terrorista. Según él, los británicos hicieron al ex guía turístico de Palmira, que sabía varios idiomas, el comandante del escuadrón de espías.
Cooperación con el ISIS
Al referirse a su pasado, el ex extremista dijo que el grupo ISIS obligó a la población civil a cooperar con él bajo pena de muerte.
«Antes de la guerra, trabajaba en la administración de la ciudad de Palmira. Limpiaba la basura en la ciudad. Cuando los extremistas del ISIS capturaron a Palmira, le dijeron a todos los trabajadores: «O trabajarán con nosotros o les cortaremos la cabeza. No hay otra opción”, explicó Saud, y agregó que se unió a las filas del ISIS en el 2015.
Los terroristas junto con él reclutaron a muchos residentes de Palmira, ordenándoles que transportaran los cuerpos de las víctimas de la violencia fuera de la ciudad, incluidos soldados y representantes de la población local. «Mataron a mucho personal del ejército sirio y muchos civiles», admitió Saud. «También minamos las carreteras», agregó.
Saud fue parte del ISIS hasta el 2016. Decidió huir a la provincia de Raqqa cuando los terroristas mataron a su hermano, a quien se consideraba un traidor debido a su pasado militar. Desde allí, Saud fue a Al-Tanf, donde se suponía que debía patrullar la zona de 55 kilómetros alrededor de la base militar estadounidense. De hecho, el ex extremista que dejó el grupo ISIS tuvo que saquear y robar a los beduinos.
«Había un líder de destacamento, un sirio. El bandido, vendía drogas y armas. Tenía un salario de $ 300 por mes. Nuestro comandante recibió dinero de los estadounidenses y nos los dio», dijo Saud.