Apenas tres meses después de asumir la presidencia y con una deuda externa heredada del anterior gobierno, Alberto Fernández tuvo una verdadera prueba de fuego para cualquier mandatario: enfrentar una pandemia con Argentina ya en crisis.
A quien fuera el jefe de Gabinete de Néstor Kirchner no le tembló el pulso para poner todos los recursos necesarios al servicio de la gente, priorizando ante todo la salud de los argentinos y de aquellos millones que quedaron desprotegidos y arrastraban una difícil situación por el efecto de la recesión.
En ese estilo que muchos destacan del mandatario, su temple, ecuanimidad y con arte para dialogar y buscar consensos, se le ve trabajar día a día al lado de su gabinete y de manera mancomunada con todos los gobernadores, tanto del oficialismo como de la oposición, con el foco en preservar la vida de los 44 millones de ciudadanos.
Pese a las presiones de ciertos sectores para que reabra la economía, de aquellos que ‘cacerolean’ y ‘bombardean’ con mensajes en redes sociales para levantar la cuarentena, el mandatario ha sido enfático al señalar: ‘una fábrica que se cae se levanta, pero una vida que se pierde no se recupera más’.
Desde el 20 de marzo Argentina decretó el aislamiento, conociendo todo lo que significaría para un país que cargaba una profunda crisis y una deuda externa aún en negociaciones para reestructurarla. Pese a ello, el Gobierno dispuso varios decretos de necesidad y urgencia y dictó una serie de medidas para proteger al eslabón más débil.
En conferencias de prensa, en cartas incluso dirigidas a la ciudadanía, en diversas entrevistas -de varias que ha brindado-, Fernández resalta la ejemplaridad de la gran mayoría de los argentinos en estos tiempos tan duros, en los que, por primera vez, dijo, ‘hemos entendido la necesidad de trabajar unidos’. ‘Habla el profesor Alberto’, escriben argentinos en las redes sociales cuando en cada alocución, con precisiones y apoyado de estadísticas, explica la situación en el país.
Para quienes lo fustigan al decir que en el gobierno ‘nos enamoramos de la cuarentena’, responde sin cortapisas que seguirán haciéndolo porque la prioridad es salvar vidas.
El mandatario invita entre todos a lograr ese contrato social por el cual abogó su vicepresidenta, la exmandataria Cristina Fernández, durante la campaña electoral del pasado año, señala que sabe lo que deben y quieren hacer, y propone que en ese contrato la igualdad y la solidaridad tienen que ser la regla.
Tras llamar a no bajar los brazos ni rendirse, Fernández insiste en atender a esos millones de ciudadanos que sufren porque, dijo, ‘no nos podemos hacer los desentendidos. Ha llegado la hora de ocuparnos de esa gente, nuestros compatriotas, argentinos que todos los días luchan en condiciones adversas’.
Para el mandatario, los efectos de la pandemia impactaron en la economía a nivel mundial pero hoy generan ‘una oportunidad de diseñar un sistema más justo’, por eso insiste que la hora del ‘sálvese quien pueda’ y la meritocracia terminó.
REFUERZO SANITARIO
Desde que entró el virus al país, el gobierno hace un esfuerzo para tratar de traer a casa a miles de argentinos varados en el mundo -aún se realizan varios vuelos sanitarios-, se comenzaron a construir varios hospitales modulares, se finalizan otros y se inyectan refuerzos al sistema de salud en busca de evitar un colapso.
Todo esto permite poner en su máxima expresión la creatividad de los científicos y profesionales argentinos, que desde entonces han materializado varias iniciativas con el apoyo del Estado, entre ellas la fabricación de sus propios termómetros infrarrojos inteligentes.
Otro de los esfuerzos para combatir la pandemia fue el nacimiento de test de diagnóstico rápido, el Neokit-Covid-19, que permite obtener resultados en menos de dos horas o un respirador alternativo para cuidados intensivos realizado con insumos nacionales en solo 55 días por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial.
Un grupo de científicos creó además en tiempo récord el primer test serológico, ciento por ciento nacional, CovidAr IgG, para detectar personas que estuvieron en contacto con el virus en tanto se han propuesto otros 530 proyectos dentro del Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología.
ECONOMÍA, DEUDA Y CAMPAÑAS MEDIÁTICAS
El Ejecutivo ha tenido que enfrentar recurrentes campañas mediáticas en estos meses, como la de una supuesta salida masiva de presos de las cárceles, que desembocaron en un cacerolazo, o más reciente, la marcha de ‘los anticuarentena’.
Sin descuidar las negociaciones con los acreedores, se pusieron en marcha varios planes: el Ingreso Familiar de Emergencia, que alcanza a nueve millones de personas, apoyo a las pymes, un bono al sector de la salud, las Asignaciones Universales por Hijo y Embarazo, el pago a los jubilados y también un monto destinado a pagar la mitad del sueldo a 1,6 millones de trabajadores privados.
Al respecto, Fernández señaló que no escatimarán recursos del Estado para quienes la pasan más difícil porque, como expresó el 10 de diciembre del año pasado cuando asumió las riendas de Argentina, seguirán dando la batalla contra el hambre.
Hemos logrado en un tiempo difícil en Argentina unirnos por la mejor causa que es cuidar la salud de la gente, sostuvo en días recientes el gobernante, quien resaltó a aquellos que viven en las zonas más carenciadas, ‘los últimos serán los primeros’.
Paralelamente a los planes, Fernández ha recorrido varias provincias del país presentando un ambicioso plan que lleva el nombre de Argentina Construye, consistente en un programa de inversión para infraestructura sanitaria y viviendas, que generará 750 mil puestos de trabajo.
‘La construcción de viviendas es una muy buena forma de poner en marcha una economía que estaba muy quedada, porque tiene un efecto multiplicador y gran parte de lo que se necesita para construirlas no tenemos que importarlo de ningún lado, sino que lo hacemos nosotros’, expresó al presentar la propuesta.
Es real que la situación económica se va a profundizar y el impacto que se sentía desde la anterior gestión con el nuevo coronavirus pondrá aún más presión, con un dólar blue (que se cambia hoy en el mercado negro a más de 120 pesos) golpeando y la deuda latente con los bonistas.
Recientemente se conoció que al igual que otras compañías en el mundo, Aerolíneas Argentinas sufre un descenso de sus ingresos en 97 por ciento y trabaja en un protocolo para la suspensión temporal de varios empleados.
Mientras negocia con los gremios sindicales, la aerolínea bandera de esta nación austral -que ha cumplido un rol protagónico con vuelos sanitarios -, anunció que una parte de su personal estará suspendido entre los meses de junio y julio a la espera de ver como se recuperan.
Sobre la actual deuda externa el presidente argentino quiere creer que está cerca de resolverse y dan pasos importantes en busca de un acuerdo sustentable con los acreedores, porque ‘en Argentina no hay más lugar para que la pobreza crezca’.
La deuda nos condiciona, hay que tomarla cuando podamos pagarla para no hipotecar el futuro, nuestro mayor esfuerzo pasa porque sea sostenible, que cuando yo no esté en el gobierno quien venga atrás pueda pagarla, subrayó Fernández en una entrevista, tras agregar que en su caso le dejaron una tan impagable que hasta el FMI lo reconoció.
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