Varsovia ha establecido sus esperanzas de albergar a algunas de las tropas estadounidenses que, según los informes, se preparan para abandonar Alemania por orden de Donald Trump, ha señalado el primer ministro de Polonia, en medio de informes de que los planes de redistribución ya están sobre la mesa.
Reuters y el Wall Street Journal informaron el viernes que la administración Trump se está moviendo para reducir el tamaño de su contingente del ejército en Alemania, con hasta 9,500 soldados ordenados a empacar y prepararse para partir. La fuerza de 34.500 personas perderá más de una cuarta parte de su mano de obra si la redistribución continúa
Aunque los informes aún no se han confirmado oficialmente, Polonia ya ha presentado un reclamo por su participación en el pastel de tropas de Estados Unidos.
«Espero profundamente que como resultado de las muchas conversaciones que tuvimos … parte de las tropas con base hoy en Alemania que están siendo removidas por los Estados Unidos … de hecho vendrá a Polonia», dijo el primer ministro Mateusz Morawiecki a la estación de radio RMF 24 en Sábado.
La decisión ahora está en manos de Estados Unidos, pero Varsovia espera que «que el contingente [de Estados Unidos] en Polonia continúe creciendo», dijo el primer ministro. La expansión de la presencia de tropas estadounidenses se trata de reforzar «el flanco oriental de la OTAN», dijo Morawiecki, sin invocar la tan desgastada «amenaza rusa».
Creo que Alemania entiende que la geopolítica está cambiando, que necesitamos fortalecer la parte oriental de la OTAN.
Mientras tanto, Berlín fue sorprendido por la noticia, sugirió el medio local Der Spiegel. Washington, según su informe, no informó previamente a su aliado de la OTAN Alemania sobre sus planes. Cabe destacar que tanto el Ministerio de Defensa alemán como el Ministerio de Asuntos Exteriores se negaron a comentar sobre el asunto, al igual que el propio Pentágono.
La disputa entre los aliados se intensificó el mes pasado cuando la canciller Angela Merkel rechazó la invitación de Donald Trump para asistir a una cumbre del G7 en persona, citando la «situación general de pandemia».
La negativa a venir a Washington fue el último ejemplo de la relación incómoda entre los dos líderes, que previamente habían bloqueado los cuernos sobre una variedad de temas, incluidos el comercio, la defensa y la política exterior.