Su amenaza de usar el ejército contra los manifestantes, Donald Trump, puede empujar al país a una guerra civil, cree Torsten Denkler, corresponsal del alemán Sü ddeutsche Zeitung.
Hace unas semanas en los Estados Unidos había una tensión distraída que se podía «disparar», señala el periodista. La pandemia de coronavirus se está extendiendo día tras día, y las personas pobres la padecen, especialmente los ancianos, los afro estadounidenses y los migrantes de América Latina, explica la publicación.
Es entre ellos que se observan la mayoría de los casos de infección por coronavirus y las muertes por esta. Y ellos son los que tienen que lidiar con el desempleo y la baja condición social, enfatiza el periódico alemán. Desde el comienzo de la pandemia, más de 40 millones de personas en los Estados Unidos han solicitado beneficios de desempleo por primera vez. El virus resultó ser la prueba de fuerza más grande en la historia reciente para la paz del país, escribe Sü ddeutsche Zeitung.
El impacto de estos «cambios tectónicos» se sintió incluso antes del 25 de mayo, cuando un policía en Minneapolis presionó su rodilla en el cuello del afro estadounidense George Floyd, de 46 años, quien murió en unos nueve minutos.
«Esto fue seguido por las protestas masivas más grandes que el país ha visto en mucho tiempo», continúa la publicación. Cientos de miles de personas han estado saliendo a las calles para manifestaciones pacíficas durante varios días. Sin embargo, hay incendios provocados, saqueos, uso de la fuerza contra manifestantes y contra la policía.
Se escuchan opiniones de que la situación actual es similar a una guerra civil, señala el autor del artículo. Y aquellos que vieron imágenes de Washington, Nueva York, Atlanta, Los Ángeles, Minneapolis y otras 140 ciudades en la televisión o en las redes sociales tienden a estar de acuerdo con esto.
Ahora, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado con que si los gobernadores no hacen frente a la situación, usará el ejército para dispersar a los manifestantes. Movilizó todos los recursos civiles y militares disponibles para poner fin a la violencia, y los «soldados fuertemente armados» ya se dirigían a Washington.
“Esto no es solo una reminiscencia de una guerra civil. Suena como un parecido peligroso con una guerra civil”, dice Denkler.
Como recuerda el periodista alemán, esta no es la primera vez que el presidente de los Estados Unidos usa la fuerza militar para poner fin a un discurso violento. Sin embargo, ahora Donald Trump está sentado en la Casa Blanca: «un egocéntrico impulsivo, un narciso, para quien su propio bien es lo más importante que debe protegerse».
Puede esperar cualquier cosa de él, el corresponsal de la publicación está seguro. Incluyendo el hecho de que, bajo sus órdenes, el portaaviones «Abraham Lincoln» en plena preparación para el combate anclará frente a la costa de Los Ángeles.
En la actual situación de crisis, el presidente fue empujado contra la pared, el periodista está convencido. La pandemia destruyó la carta de triunfo de Trump: su tesis sobre una economía bien desarrollada. Sus calificaciones están cayendo. Su rival demócrata, Joe Biden, está casi en todas partes por delante de él.
Estados Unidos no estaba listo para la pandemia de coronavirus, y esto es en gran parte culpa de Trump, dice el artículo. Las implicaciones económicas son tan importantes que sus promesas de una recuperación total el próximo año parecen «sueños salvajes» incluso para los republicanos convencidos.
«En la fase de disturbios y protestas masivas contra la violencia policial excesiva contra los afro estadounidenses, obviamente ve una oportunidad de venderse a sí mismo como presidente de la ley y el orden, a cualquier costo», concluye el autor.
Ahora la responsabilidad del desarrollo de los eventos recae en Trump. Transfirió la responsabilidad de la pandemia más o menos exitosamente a los gobernadores. Sin embargo, ahora el líder de la Casa Blanca promete que, si es necesario, las protestas terminarán con la ayuda del ejército.
Esta promesa puede costar mucho a Estados Unidos, enfatiza el periodista alemán.