Han transcurrido menos de seis meses desde la conclusión del alto el fuego comercial entre Estados Unidos y China, pero sus relaciones económicas han comenzado a deteriorarse nuevamente. Washington ha impuesto sanciones a decenas de empresas chinas de alta tecnología y, según Izvestia, está claro que la guerra comercial se ha reiniciado. Sin embargo, las elecciones presidenciales de noviembre podrían llevar a una distensión poco probable.
El Departamento de Comercio de EE.UU. ha incluido en la lista negra a 33 empresas chinas, y casi todas se especializan en tecnologías informáticas y software. Estas empresas tendrán acceso limitado a la tecnología y los productos de los EE.UU., Y las empresas estadounidenses a su vez deberán comunicarse con el Departamento de Comercio para obtener el derecho de interactuar con ellas. Anteriormente, la administración Trump también anunció nuevas sanciones contra la corporación de telecomunicaciones Huawei.
«En las relaciones entre Estados Unidos y China, la política está estrechamente entrelazada con la economía, y no siempre es fácil entender qué es lo primero», escribió Izvestia. China se indignó por las nuevas sanciones y elaboró su propia lista negra para compañías estadounidenses «poco confiables». Sin embargo, Beijing no tiene prisa por utilizarlo, lo que le permite cierto margen de maniobra en futuras negociaciones. Al mismo tiempo, las sanciones en contra pueden seguir pronto, y gigantes como Boeing, Apple, Cisco y Qualcomm van a estar en la mira.
Izvestia escribió que ciertas esperanzas de una distensión a largo plazo en «la Guerra Fría Comercial» están asociadas con las elecciones presidenciales de noviembre. Sin embargo, según el periódico, los eventos del año pasado, cuando representantes de casi todo el espectro político en los Estados Unidos pidieron sanciones contra China, muestran que este escenario es poco probable. Incluso si Joe Biden o cualquier otro político demócrata decide frenar la confrontación con China, los grupos de interés y los votantes hostiles a la globalización no permitirán que esta calma dure mucho, escribió el periódico.