China promete responder a posibles sanciones de Estados Unidos sobre la ley de Hong Kong

Hong Kong se ha convertido en el ojo de una tormenta entre Estados Unidos y China. Después de que Washington amenazó con despojar a Hong Kong del estatus comercial especial y expresó su apoyo a los “manifestantes”, el comandante de la guarnición del ejército chino dijo que frustraría cualquier intento de socavar la soberanía del país. Más tarde, periodistas informaron sobre el movimiento de unidades militares. Según los expertos, Beijing no quiere derramamiento de sangre. Mientras tanto, Estados Unidos se limitará a protestas diplomáticas, dados los intereses de sus compañías con sede en el centro financiero de Hong Kong, escribe Nezavisimaya Gazeta.

Los medios de comunicación occidentales están adivinando si Pekín aplastará las protestas en Hong Kong. Otra pregunta es qué tan lejos está dispuesto a llegar el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, para castigar a China por su nueva ley de seguridad nacional propuesta que supuestamente podría infringir la democracia en Hong Kong. A su vez, Beijing advirtió que se vería obligado a tomar contramedidas si Washington continuara perjudicando a China.

El director de la Escuela de Estudios Asiáticos de la Escuela Superior de Economía, Andrey Karneyev, señaló que el choque emocional entre China y Estados Unidos sobre Hong Kong había comenzado el verano pasado. En aquel entonces, los “manifestantes” “protestaban” contra una ley que permitía a la administración del territorio entregar personas a China sospechosas de actividades antigubernamentales. Occidente apoyó a los “manifestantes”. Sin embargo, Hong Kong no era una razón clave en ese momento para la creciente tensión entre las dos principales potencias económicas. La agitación allí refuerza el deseo de Washington de contener el creciente poder económico y militar de China. Entonces, ¿cómo puede responder China? Las opciones son vender valores estadounidenses, reducir el suministro de metales de tierras raras a los Estados Unidos y crear obstáculos para las empresas estadounidenses en China. Pero estas medidas también dañarían a China. Por lo tanto, en la política real, las partes procederán con precaución, especialmente Beijing, señaló Karneyev.

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