La OTAN ha ignorado la propuesta de Moscú de suspender conjuntamente los ejercicios militares mientras el mundo se enfrenta a la mortal pandemia de Covid-19. Rusia dijo que no puede permitirse «concesiones unilaterales» al bloque occidental.
El canciller ruso, Sergey Lavrov, se dirigió al jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, y propuso detener mutuamente los ejercicios militares como un «paso constructivo y positivo» hacia la moderación en medio del nuevo brote de coronavirus, informó el periódico de negocios ruso Kommersant. La OTAN rápidamente rechazó esta idea.
El portavoz del bloque militar liderado por Estados Unidos, Oana Lungescu, dijo al periódico que los ejercicios de la OTAN son puramente defensivos y proporcionados, mientras que la postura mejorada cerca de las fronteras occidentales de Rusia es una respuesta a que Moscú aumente su potencial militar en la región del Mar Báltico.
El viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey Rybakov, calificó la respuesta de la OTAN como «decepcionante». El bloque occidental «se ha retirado a sus posiciones de mente cerrada, que tradicionalmente han mantenido, y se adhieren independientemente de la pandemia o las [nuevas] propuestas de Rusia», señaló.
La furiosa pandemia obligó a muchos países a modificar drásticamente su calendario de juegos de guerra, reduciendo el alcance de muchos simulacros planificados o cancelándolos «.
La semana pasada, Lavrov anunció que el ejército de la nación está «reduciendo sus ejercicios, y no planea ningún ejercicio cerca de las fronteras de la OTAN».
Mientras tanto, la OTAN ha reducido significativamente, pero no se ha detenido, sus juegos de guerra Defender-Europa 20 liderados por Estados Unidos, que fueron diseñados para ser el mayor ejercicio conjunto de la alianza en el continente europeo desde la Segunda Guerra Mundial, originalmente con más de 37,000 soldados.
Moscú ha dicho durante mucho tiempo que la acumulación militar extranjera a lo largo de sus fronteras es una amenaza para su seguridad y socava la estabilidad en Europa. La OTAN, a su vez, ha estado pidiendo a Moscú que revise el Documento de Viena 2011, un acuerdo que describe las medidas de fomento de la confianza, la transparencia y la supervisión de los ejercicios militares por parte de terceros. Rusia insiste en que los cambios menores no resolverán las tensiones actuales sino que las «legitimarán».
Ryabkov enfatizó que si el bloque occidental quiere mejorar la situación de seguridad en Europa, no solo debe emitir demandas sino también ofrecer algo «interesante para Rusia en términos de mantener su propia seguridad nacional».