El líder norcoreano, Kim Jong-un, instó a los altos mandos de su ejército a impulsar las «fuerzas estratégicas» del país y ponerlas en alerta máxima, ya que los informes de que puede estar gravemente enfermo aún no han cesado por completo.
El llamado a las armas se realizó en una reunión de alto perfil de comandantes militares y miembros de los servicios de seguridad de Corea del Norte, informó el domingo la agencia estatal de noticias KCNA.
Presidida por Kim Jong-un, la reunión se centró en «las persistentes amenazas militares, grandes o pequeñas, de las fuerzas hostiles» y las formas de «contenerlas de manera confiable», informó la agencia sin citar directamente al comandante en jefe.
El aumento de la potencia de fuego del ejército y la «capacidad de ataque» de sus unidades de artillería fue uno de los asuntos discutidos por los líderes militares, y las conversaciones se dirigieron a otros medios de guerra mucho más poderosos.
En la reunión se presentaron nuevas políticas para aumentar aún más la disuasión de la guerra nuclear de Corea del Norte, y poner a las fuerzas armadas estratégicas en alerta máxima de acuerdo con los requisitos generales de la construcción y el desarrollo de las fuerzas armadas del país.
KCNA no especificó la hora y la fecha de la reunión. Corea del Norte realizó una serie de lanzamientos de misiles a principios de este año, probando lo que parecían ser misiles de corto y mediano alcance, así como proyectiles de artillería de cohetes.
El renacimiento de la actividad de pruebas se produjo inmediatamente después de estancar las conversaciones de desnuclearización entre Pyongyang y Washington, en las que este último exigió que Corea del Norte abandonara los dispositivos nucleares antes de obtener concesiones de Estados Unidos.
La participación de Kim en la «reunión ampliada» con los jefes del ejército y de seguridad se produjo varias semanas después de que abrió oficialmente una planta en la provincia de Pyongan del Sur a principios de mayo. Ambas apariciones este mes erosionaron aún más el chisme, que aún no ha desaparecido por completo de la cobertura de los medios, de que podría estar gravemente enfermo o incapacitado por una cirugía cardiovascular fallida.
Esos rumores se han difundido activamente por los medios de comunicación occidentales, a pesar de que carecían de pruebas sólidas y se justificaron solo con informes de varias fuentes de «inteligencia» y «desertor».